El croata rotó en la visita a Balaídos de hace un año y el equipo lo pagó con una severa derrota
EDITORIAL
El Barcelona que hace un año visitó Balaídos era todavía muy distinto a este, cada vez más alejado de las tesis guardiolianas pero no del camino del éxito, que a fin de cuentas es lo que más les importa a muchos. Entonces el equipo todavía dependía en buena medida de la inspiración de un fenómeno como Andrés Iniesta, que mañana puede cumplir 600 partidos oficiales con el primer equipo. Aquel día Luis Enrique Martínez cometió la frivolidad de dar descanso a Ivan Rakitic para acompañar al de Fuentealbilla con un Sergi Roberto que todavía no había explotado. El equipo lo pagó entonces muy caro.
Luis Enrique: "el partido de la temporada pasada nos sirve de referencia"
Esta vez, con la lección aprendida, Rakitic tiene pocos números de rotar en Balaídos como hiciera la temporada pasada. El croata, de hecho, no acabó el partido ante el Borussia Mönchengladbach -dio paso a Rafinha Alcántara- y está más fresco que el resto de titulares en la zona ancha. Indiscutible desde prácticamente su llegada, ha ido evolucionando en su juego hasta convertirse en un futbolista innegociable para Luis Enrique.
Habrá rotaciones en Balaídos y Rakitic hasta podría entrar en ellas pero tal y como explicó Luis Enrique el sábado "el partido de la temporada pasada nos es muy útil porque apreciamos una serie de patrones que el Celta sigue repitiendo" de la mano de Eduardo Berizzo, el único entrenador del mundo que ostenta el mérito de haber derrotado dos veces al Barcelona de Luis Enrique Martínez.
Luis Enrique, ante su 'kryptonita'
El año pasado Sergio Busquets, Iniesta y Roberto no contuvieron a un Celta desatado que sigue por la misma senda de juego y resultados. Entonces el técnico apenas hizo cambios en el once tipo y el croata fue el único que rotó, al margen de la obligada presencia de Jérémy Mathieu como lateral izquierdo en ausencia de Jordi Alba, entonces lesionado. Pero ni la MSN al completo fue capaz de marcarle al Celta de Berizzo más de un gol, insuficiente ante los cuatro chicharros del equipo gallego, lo que da buena fe de que Rakitic es un jugador imprescindible para este Barcelona.
A los 28 años y con contrato hasta 2019, cuando cumplirá los 30, el Barcelona estudia muy seriamente la posibilidad de ofrecerle la recuperación habida cuenta de su ascendencia en el equipo de este jugador que tanto defiende como ataca, mantiene la posesión o ejecuta contras letales. Luis Enrique, además, le tiene como arma secreta. "Puede jugar como lateral o en otras posiciones de ataque si es necesario" ha deslizado alguna vez el entrenador, que no se olvida del formidable mediapunta que marcó una época en Sevilla. Rakitic ha evolucionado en el Barcelona. Pero para convertirse en un futbolista total.
De carácter extrovertido y comportamiento afable, Rakitic se ganó la titularidad desde su llegada y ha adaptado su juego, sacrificando parte de su creatividad y su llegada desde la segunda línea en virtud del lucimiento de la MSN. Sin embargo, cuando el resto fallan el equipo siempre puede recurrir al croata, como sucedió, por ejemplo, en el gol que dio la victoria al Barcelona en San Mamés y el que supuso el empate en el Camp Nou ante el Atlético de Madrid. Rakitic es ya demasiado importante como para sentarle en el banco en desplazamientos tan complicados como el de esta noche.