Duro es el momento que vive Harold Mayne-Nicholls, luego que la FIFA lo sancionara con siete años de suspensión a cualquier cargo dirigencial.
La situación surge, según reveló el diario británico The Telegraph, debido a la petición de favores personales solicitados por el dirigente chileno, justo en el momento en que era miembro de la comisión evaluadora de los Mundiales 2018 y 2022.
En la instancia, que hoy revela El Mercurio, se especifica que Mayne-Nicholls -que ya anunció que apelará a la medida- le consulta a Andreas Bleicher, director de la Academia Aspire de Qatar, la opción de “evaluar y entrenar” a su hijo Oliver y a su sobrino Nicolás.
De la misma manera, afirma –según el escrito- que su cuñado, el ex tenista José Antonio Fernández, "está realmente interesado en tener una oportunidad como entrenador profesional en Qatar (...) ¿Te puedo enviar su correo y tú le informas si hay alguna posibilidad?".
Bleicher, según se especifica, acepta en primera instancia. Sin embargo, luego desecha la petición “porque puede dejar espacio a interpretaciones incorrectas, aunque Aspire no esté involucrado en el proceso de postulación”.
Por último, The Telegraph especifica que Mayne Nicholls "pidió repetidamente favores personales (...) ejerciendo presión hasta que el señor Bleicher señaló su negativa a comprometerse en cualquier cosa en el futuro cercano".
En tanto, Mayne-Nicholls será defendido en su apelación por el suizo Guido Tognoni (ex director de la FIFA), quien dijo al diario alemán Die Welt “lo que Harold hizo fue realmente estúpido, pero claramente él no es un criminal”.