Un doblete de Cristiano Ronaldo dio un nuevo triunfo al líder de la Liga, el Real Madrid, que mostró un bajón físico preocupante ante un Sporting de Gijón que mereció un mejor resultado en el Santiago Bernabéu, pero tras el esfuerzo murió en la orilla por un penalti fallado por Duje Cop (2-1).
Llegaba el Sporting al Santiago Bernabéu en su momento de mayor inseguridad pero representando un peligro evidente para un Real Madrid que venía de librar dos duras batallas.
El desgaste del Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid y de Lisboa en la Liga de Campeones era la mayor preocupación de Zinedine Zidane, por encima de las lesiones que no cesan.
Buscó orden Zizou con un 4-4-2 tras la ausencia de Bale y dio la oportunidad a James Rodríguez en su zona, la banda izquierda, ante un Sporting cuyo objetivo era mantener una identidad. Recuperar autoestima. El Santiago Bernabéu es un buen sitio para hacerlo pese a comenzar sabiendo que lo más probable es salir derrotado.
Desde el inicio el descaro marcó al equipo de Abelardo. Pudo adelantarse de un error de Danilo con un disparo lejano de Cop cuando no se cumplía el primer minuto o con un buen desmarque de ruptura de Carmona, quien, tras el pase entre líneas de Moi Gómez, remató con el exterior del pie derecho sin encontrar portería tras superar con el balón picado la salida de Keylor Navas.
Pero el músculo de los grandes sale a relucir en cualquier instante. La primera aproximación de peligro del Real Madrid al área rival acabó con un derribo de Isma López a Lucas Vázquez y Cristiano no desaprovechó el penalti y la ocasión de asaltar el puesto de máximo goleador de la Liga española.
Comprobó el Real Madrid que con poca continuidad que diese a su fútbol generaba problemas defensivos al Sporting. Superaba las líneas con facilidad, en instantes de Modric creando con libertad y James apareciendo con ganas de brillar. El Sporting seguía a su pelea. Rachid rozaba el poste con un disparo y aceptaba el intercambio de golpes.
Alto riesgo ante un Real Madrid con Cristiano Ronaldo reencontrándose con su versión goleadora al pasar a jugar de delantero centro. Su primer testarazo, tras córner de Modric, lo envió fuera, pero minutos después se desquitó con un gran remate a centro medido de Nacho.
El comodín de Zidane juega bien de todo. Hoy de lateral en el costado izquierdo para inventar un centro de zurda magnífico a la testa del portugués.
La ventaja en el marcador empujó a la desconexión madridista. El frío y el diluvio que comenzó a caer tampoco invitaba al sobreesfuerzo y el Sporting se fue adueñando de la posesión, a pisar con criterio la zona de peligro del rival, que jugaba condicionado con Sergio Ramos sin poder ir al máximo por la amenaza de sanción si recibía una amarilla que le habría impedido jugar el clásico.
Así comenzó a llegar el Sporting con un disparo lejano de Moi que no atajó Keylor y pudo acabar dentro de su portería y recogió el premio a su empuje tras un error de Modric en la salida de balón, que sorprendió a los laterales fuera de su ubicación, y el centro desde el costado lo remató a gol Carmona anticipándose a los defensas.
Aún se sentía seguro el líder, que en un nuevo acelerón acarició el tercero cuando Cristiano primero dejó solo a Lucas, que no definió bien, y luego generó su propia oportunidad pero apostó por la potencia antes que por la colocación y Mariño sacó el balón como pudo.
En la reanudación, lejos de buscar la goleada, el Real Madrid se fue desplomando con el paso de los minutos hasta acabar mostrando una imagen de cansancio nueva esta temporada. No tuvo el control salvo unos minutos al inicio, estuvo irregular y hasta acabó pidiendo la hora ante el nerviosismo del Bernabéu.
Benzema, desaparecido gran parte del partido, no ayudó a despejar las dudas. A bocajarro tuvo la sentencia a los 58 minutos, pero su cabezazo centrado lo detuvo Mariño. No hubo más salvo un disparo de Nacho cruzado tras una acción repleta de raza. El resto fue de color rojiblanco.
Las cosas del fútbol tan difíciles de explicar llevaron a un equipo en crisis a acariciar la proeza en el Bernabéu, incluso a merecerla en fases del duelo. Le costó más llegar al área rival, pero sintió que estaba capacitado para sacar un buen resultado cuando dos disparos que se convirtieron en centros de Isma y Douglas no encontraron rematadores en el segundo palo por milímetros.
Con el control perdido por el Real Madrid y el deseo del paso de los minutos, la acción que marcó el partido llegó en el minuto 77.
El colegiado interpretó penalti en una acción de Nacho, que puso una mano en un hombro de Víctor Rodríguez cuando se disponía a rematar, y señaló penalti.
Cop, en un gesto curioso, se tomó las pulsaciones en el cuello y a continuación disparó a la grada. Las esperanzas del Sporting volaban y lo confirmaba Keylor Navas sacando el último intento de remate de Cop. El líder había salvado una mala tarde.
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