Entre las miles de mujeres que lucha todos los días por la igualdad de derechos en el deporte se encuentra Khalida Popal, quien hizo historia en el año 2007 al convertirse en la primera capitana de la selección femenil de Afganistán.
El camino para esta jugadora de 28 años no ha sido fácil desde su inicio, pues en una entrevista concedida a la FIFA, la luchadora social reveló como sufrió desde la infancia y los maltratos por parte de los hombres que tuvo que tolerar para poder practicar su deporte favorito.
"Recuerdo el día en que mi madre me regaló unas botas de fútbol. En la escuela teníamos una pelota muy vieja, así que nos divertíamos jugando con aquel balón, hasta que un día pasaron unos hombres y nos dijeron: 'El fútbol no es cosa de mujeres. Que las mujeres lo practiquen supone un insulto a este deporte'", compartió Popal.
Aquella experiencia fue la primera piedra para que la futbolista comenzara una lucha en su país a favor de los derechos de las mujeres, misma que trajo consecuencias por parte de sus detractores que, incluso, la obligaron a buscar asilo en otro país.
"Recibí amenazas de muerte y me vi obligada a abandonar el país. Aquella fue una decisión muy difícil, pero, a pesar de todo, nunca he renunciado a mis sueños, a mi objetivo y a mi lucha por las mujeres", relató Khalida, quien actualmente vive en Dinamarca.
Los resultados de su batalla contra la discriminación femenina se traducen en el crecimiento de las mujeres que actualmente practican futbol en su natal Afganistán, pues aseguró que en 2004, cuando ella recién empezaba a jugarlo, apenas eran 10 futbolistas; hoy en día suman casi 3 mil.