Después de siete años en México el reto no le asusta. Llegar a un club como Atlas a ser Director de Fuerzas Básicas no es nada sencillo, menos si se piensa que la cantera rojinegra se ha distinguido por formar a varios de los futbolistas más importantes que ha dado el país, entre ellos el multi campeón en Europa, Rafael Márquez.
Albert Espigares arribó a Guadalajara desde hace unos días tras su paso por Santos. El clima es lo que más le ha costado, porque en cuestión laboral, la materia prima con la que se ha encontrado en los Zorros es de primer nivel.
"Alberto Espigares viene a encontrarse unas fuerzas básicas muy buenas, marcar el camino como se hizo anteriormente y explotarlo hasta su máximo exponencial, que todo lo que se haga sea por el bien de nuestros jóvenes", comenta seguro de sí mismo.
El español llegó a tierra azteca por invitación de Alejandro Irarragori como Director de Tecnificación en 2010, su especialidad, trabajar de manera particular con los jóvenes y los no tanto en cuestiones de técnica individual, detectar carencias y virtudes. En la Torreón, hizo labor con jugadores como Marc Crosas, Aaron Galindo, Oribe Peralta, Oswaldo, Ulises Dávila, Javier Abella, Diego de Buen y Ronaldo Cisneros por nombrar algunos.
¿Por qué venir al Atlas?
"Para mi es importante dignificar la profesión, hoy en día cualquiera puede ser entrenador de niño sin darse cuenta que por querer ganar tres puntos o ganar un trofeo de 500 pesos está destrozando a un niño, esto está abierto para todos, se debe ser profesores en todos los niveles. Llegar al Atlas para mi es importante porque según dice la historia y lo demuestra el recibimiento que he recibido la importancia que se le da a las fuerza básicas es increíble, están habidos de que salgan jugadores, muchos quieren exportar jugadores a Europa pero yo digo: 'no, esperen, primero vamos a disfrutarlos aquí, son nuestros, son mexicanos', hay una materia prima increíble, a mi solo me tocará marcar un camino con gente que me estará apoyando".
Trabajó en España con clubes como en Espanyol y la Fundación Real Madrid, sabe que por tradición Atlas acostumbra tener canteranos exitosos y no teme en echarse esa responsabilidad a los hombros.
"Yo me considero la cabeza visible y responsable de todo en caso de que no salga, estoy convencido de que será cuestión de tiempo y trabajo. Atlas está en un buen nivel, con el personal que se tiene y los niños se hará con trabajo y tiempo, esto no es de hoy para mañana, es un proceso más largo que medio, estoy seguro que lo que se tiene tendrá el lugar que merece".
¿Cuál es el lapso para ver resultados?
"No hay un tiempo, esto es como en la escuela a uno les puede costar más, otros menos y existen los que no necesitan siquiera el profesor, no hay tiempo, lo que sí queremos es trabajar para que a la brevedad posible podamos todos estar más orgullosos aún de las fuerzas básicas de Atlas".
Relata que no ha sido fácil el tener que implementar una metodología de trabajo en la que se hace ver al futbolista profesional que existen cuestiones de técnica individual, que él mismo explica.
"A Santos entro como un especialista en técnica individual dándole una importancia a trabajos individuales, reducidos, en grupo. Empiezo a trabajar con pequeños, con sub-15, sub-17 y sub-20 hasta el primer equipo con Benjamín Galindo a quien siempre le estaré agradecido por abrirme las puertas a que me dejara conocer un poco de ese trabajo porque siempre estuve enfocado en jóvenes y el poder trabajar con la técnica individual y el conocimiento corporal, cosas cognitivos y se entiende que al igual que se le puede enseñar a jóvenes se puede con jugadores profesionales y hasta figuras internacionales. El método aunque acaba siendo empírico, no creo que yo haya inventado nada, seguro que hace años alguien tomaba a los jugadores y se ponía a hacer repeticiones, no sé si estructuradas, creo que no, ahí es donde le doy la importancia".
¿Qué tan difícil fue hacer entender tu idea de trabajo?
"Por imposición nadie entiende nada, es un trabajo voluntario, convencer que el jugador de 9 puede ser un 9.5, es nuestra responsabilidad que el jugador nunca deja de aprender, solamente cuando se muere. Entendiendo el fútbol como un método educativo, si nos vamos al kínder, la primaria y la secundaria, prepa y demás, por las exigencias del entorno social nos vamos directo a la universidad y se nos olvidan un poco las bases que sería como gatear, se le tiene que dar la importancia y el trabajo adecuado, tener profesores, ya no vale aquellos del 'dale, dale', 'venga, con el corazón', con el corazón solo no se aprende inglés, ni matemáticas, se necesitan profesores que enseñen y corrijan".
¿Cómo fue esa experiencia en México?
"Entiendo que puede haber costumbres, cosas de ver las formas en un país y otro, nuestro éxito es ver a los otros ser grandes. Es una cuestión de convencer, quizá allá son un poco más directo en las formas, aquí no, va de poco a poco, pero confío y por eso me quedé en este país, por el potencial, aquí un niño de 8 años te alburea, no se puede ser inteligente para eso y no para otras cosas".
Así es como Albert Espigares con siete años de experiencia en el futbol mexicano va por el reto más importante de su carrera; mantener en pie las Fuerzas Básicas de un club acostumbrado a surtir al futbol mexicano de grandes jugadores y que en su cantera, de nuevo forja las bases de un proyecto que pretende acabar con 66 años sin la gloria de un título lo antes posible.
SRN