Los delanteros viven en el punto de mira. Son capaces de convertirse en los hombres más vitoreados y ser llevados a los altares por todos los aficionados... pero también son los más cuestionados cuando atraviesan una mala racha.
Vive el delantero del gol. Mandar la pelota al fondo es el elixir que tonifica su espíritu, una semana son capaces de salir en hombros. Y cuando la bola no acaba en la red remate tras remate, llega la duda y escucha pitos.
Silvio Romero llegó a América con fama de artillero, se ganó su fichaje por las Águilas por los goles que anotó en Jaguares de Chiapas, 20 anotaciones en tres torneos: 19 en la Liga y uno en Copa, fueron los números que avalaron su fichaje. Las Águilas se hacían de un delantero que garantizaba festejos.
Sus primeros días en Coapa corroboraron los presagios, el Chino llegó y de inmediato se convirtió en el hombre más efectivo de América. El Apertura 2016 fue el torneo de su estreno como americanista y en su primer partido como futbolista azulcrema marcó; un gol de buenas hechuras, tiro con la pierna derecha desde la frontal del área al minuto 89 de la Jornada 1 contra Jaguares.
Su mejor día fue contra Cruz Azul, en la Jornada 8 del Apertura 2016, cuando fue pieza clave para la remontada que las Águilas montaron en el estadio Azul. Ese día se vistió de héroe. Aquella tarde, los azulcrema se fueron al medio tiempo perdiendo por 3-0, parecía la cruz sobre Ignacio Ambriz, pero América reaccionó, Oribe marcó el descuento, el Chino hizo el segundo, las Águilas cobraron vida, metieron el miedo en el cuerpo a cada celeste, Pablo Aguilar empató el juego y en tiempo de compensación, Romero cazó un centro de Renato Ibarra, lo empalmó con la pierna derecha y puso en éxtasis a la parroquia americanista.
En su primer semestre con la camisa amarilla, el delantero argentino marcó 12 goles, 10 en la Liga y 2 en la Copa, fue el mejor anotador de las Águilas y se quedó a una anotación de ser campeón de goleo en Liga.
En el Mundial de Clubes, Romero también fue parte fundamental para que la institución alcanzara el objetivo de jugar contra el Real Madrid. El Chino anotó los dos goles con los que el club venció al Jeonbuk Hyundai de Corea del Sur. En total, 14 tantos en seis meses.
LA BAJA DE RENDIMIENTO
El 2017 no ha sido lo que Romero esperaba, arrancó el año más solo en el eje de ataque, por esa idea de Ricardo La Volpe de no usar dos delanteros en punta, el Chino fue perdiendo protagonismo, el sistema no le beneficiaba y los balones de los que disponía eran escasos.
El América de La Volpe priorizó el orden defensivo y en medio campo, el volumen de juego ofensivo era muy bajo, Silvio tuvo que buscarse la suerte como pudo. Anotó 5 goles; 2 en la Liga y 3 en la Copa. Una baja considerable en su producción, que se puede explicar en la reducción de minutos, pues en sus primeros seis meses jugó 1,168 y en el segundo semestre tuvo 862, solo en la fase regular.
La llegada de Miguel Herrera fue un revulsivo para todo el equipo. El Piojo ha revitalizado el aspecto anímico. Romero es uno de esos jugadores a los que el entrenador ha trasladado su confianza, Miguel tiene la certeza de que puede recuperar su mejor versión y que sea el delantero que el americanismo desea.
Silvio agradeció las palabras de su entrenador, está convencido que puede encontrar ese punto de contundencia que lo convierta, de nuevo, en un hombre letal de cara al arco contrario.
No se puede decir que el Chino no lo busca, lo intenta, pero hace falta ese toque fino. Ha jugado de titular los tres partidos de Liga y el de la Copa. Miguel ha dicho que le gusta su desempeño porque le permite a otros compañeros llegar con peso al área rival.
El sábado, Silvio se fue mal en lo anímico, señalado por esa falla que tuvo en el penal que cobró a lo Panenka y que Alfredo Saldívar le detuvo. Cuando salió del campo la tribuna lo juzgó. Él asumió su culpa y dio la cara en la zona mixta: “Son riesgos que uno corre, lamentablemente lo fallé, ya le pedí disculpas a mis compañeros y al cuerpo técnico, por suerte se ganó y va a ser solo un triste recuerdo”, dijo.
El grupo tuvo un gesto de apoyo con él. Cuando Cecilio convirtió el segundo gol, sus compañeros fueron a abrazarle. “Demostramos que más allá de los nombres somos un gran grupo, que me hayan venido a abrazar fue muy emocionante”.
Y el respaldo del Piojo Herrera también llegó en la sala de prensa del Azteca. “Está generando el futbol que yo quiero, le falta meter un gol para que la gente esté mejor con él; está trabajando para lo que a mí me gusta, varias de las jugadas de Cecilio y Darwin son distribuidas por él. Esperemos que llegue el gol que le dé más confianza y una comunión con la afición. Es un jugador de América y ojalá lo apoyen, como a todos los jugadores, porque este es el equipo que seguramente les va a dar una gran satisfacción a toda la afición”.
Sí, el Chino no pasa por un buen momento, lo sabe el mismo, el cuerpo técnico, sus compañeros y la afición; está en cada uno hacer su parte para que vuelva a ser el goleador en el que América puso sus ojos hace un año, ese que en su primer semestre arrojó números positivos. El americanismo aguarda por la mejor versión de Silvio Romero.