El mexicano Andrés Guardado se ha erigido en cuatro partidos en el arquitecto del nuevo Betis que comanda el cántabro Quique Setién, quien no ha escatimado elogios al definirlo como "un futbolista extraordinario", una referencia en la creación y con "una sangre tan caliente" que hay que dosificarlo y contenerlo.
La asistencia de tiralíneas que le dio a Joaquín Sánchez en el gol de la victoria ante el Deportivo de la Coruña (2-1) ha corroborado a Guardado como uno de los faros en la apuesta de juego de Setién y le ha situado, como hacía tiempo que no pasaba, entre los ídolos de la afición en el ilusionante comienzo liguero bético.
Andrés Guardado ha cogido, además, galones en el vestuario bético y es uno de los capitanes del equipo junto con Joaquín y el portero Antonio Adán, aunque la jerarquía le viene fundamentalmente de lo que transmite en el campo, en el que ya ha dado las asistencias en los goles de Joaquín y el los de Zouhair Feddal y Sergio León ante el Celta de Vigo.
El centrocampista mexicano lo ha jugado casi todo desde que aterrizó en el Benito Villamarín y sólo fue reservado por Quique Setién tras sus compromisos con la selección de su país ante el Villarreal, cuando salió a falta de unos veinte minutos en sustitución de Víctor Camarasa.
El propio Real Betis ensalzó en su cuenta de twitter las virtudes del zurdo tapatío al subrayar que no sabe cómo decirle que es 'muy bueno' e invitar a la afición verdiblanca a definirlo con un emoticono a elegir entre varios alusivos a la magia, entre los que destaca un elegante sombrero de copa.
Procedente del PSV Eindhoven holandés, en el que militó los últimos dos años y del que salió con la estela de ídolo, el centrocampista de Guadalajara llegó el pasado verano al Betis con la misión de jugar por delante de la defensa y sacar el balón al estilo de lo que Setién tenía en Roque Mesa en Las Palmas.
No obstante, la incorporación de Javi García le ha liberado de funciones de contención y le ha dado libertad para dar rienda suelta a su creatividad, a pasar y tocar y, sobre todo, en asistir, lo que ha dado como resultado varios goles en el casillero verdiblanco y el elogio unánime de los que juegan con él y de la afición.
"Al igual que Joaquín, es un referente para todo el equipo. Uno no llega a jugar 140 partidos internacionales ni todos los partidos de liga por ser un cualquiera. Guardado es un futbolista extraordinario en todo, es un '10' enorme y nos dará mucho", ensalzó al mexicano Setién al término del partido ante el Deportivo.
No obstante, el cántabro que lidera el banquillo bético también es consciente de la necesidad de dosificar a dos de los grandes emblemas de su proyecto, el portuense Joaquín, de 36 años, y el propio Guardado, quien ha llegado al Betis con treinta después de una dilatada trayectoria.
Andrés Guardado ha vuelto a la Liga española diez años después de haber llegado desde el Atlas mexicano al Deportivo de La Coruña, donde permaneció cinco temporadas antes de marcharse dos años al Valencia y, desde Mestalla, al Bayer Leverkusen alemán (2013-2014) y, de ahí, al PSV Eindhoven holandés.
De la implicación del de Guadalajara en el juego bético habla el hecho de que Setién haya avisado de que lo quiere "para todo el año y es un chaval que se entrega desde el minuto uno", que "no tiene pausa" y que eso es lo que le reclama para que asista como lo hizo a Joaquín.
"A veces quiere ir a todos lados. Esa sangre tan caliente que tiene a veces la tendría que contener un poco. Esa es la única pega que se le puede poner a un futbolista que es un diez en todo", aseveró Quique Setién del arquitecto de su centro del campo, del surtidor de goles del Betis y, ya y por derecho propio, uno de los ídolos de la afición bética.
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