Bien dicen que los números reflejan la realidad de los equipos y la estadística no miente. Pumas apenas completa siete puntos de 33 disponibles en el Apertura 2017. Está muy lejos de que este sea su mejor torneo, eso está claro. La crisis por la que atraviesa el primer equipo mantiene a la oncena del Pedregal en el último peldaño de la clasificación general y por si fuera poco, ya ha comenzado a generar estragos en el tema del descenso, pues Universidad se acerca peligrosamente a los últimos lugares de la porcentual, ubicándose de momento en el puesto 11, con 109 unidades en los más recientes 79 compromisos. Esto no es todo. En el renglón individual, Sergio Egea, quien se vio en la necesidad de tomar las riendas del escuadrón estelar, ha carecido de una identidad en el campo, sus hombres de confianza han tenido que rotar, en esta búsqueda por darle a Pumas puntos y victorias, situación que simplemente, no ha ocurrido. Solo en partidos de Liga, contabilizando los compromisos que ha dirigido el estratega argentino, suma cinco duelos al frente de los auriazules, todavía sin encontrar la victoria, registrando un empate y cuatro descalabros. Es, desde hace más de 10 años, el peor inicio de gestión de algún timonel felino. Universidad Nacional no es una entidad que se caracterice por la rotación de sus estrategas, pues en casi once años, han desfilado por su banquillo apenas ocho nombres, contabilizando al propio Sergio Egea. La estabilidad y la fidelidad a una esencia es la que no permite la volatilidad al respecto y en comparación con el resto de sus antecesores, el argentino queda como el que peores números exhibe al respecto. Ni siquiera las constantes rotaciones que se dieron hace cinco inviernos, cuando Joaquín del Olmo, Mario Carrillo y Antonio Torres Servín desfilaron por el área técnica, igualan sus cifras.
Eran tiempos muy distintos. No tenía más de un año que Pumas había sido campeón con Memo Vázquez al frente y el equipo enfrentaba una etapa de transición, con Jorge Borja Navarrete como nuevo encargado del patronato. Alberto García Aspe, un ícono de Universidad en su era como jugador, había sido designado el responsable de los hilos diligénciales, como el presidente deportivo y sin dudarlo, ante la salida del mencionado Memo, le daba la continuidad a Joaquín del Olmo, un entrenador joven, un proyecto a consolidarse en breve. Todo era tranquilidad, pues también se había abierto la chequera para traer refuerzos de peso, como Emanuel Villa. El futbol es caprichoso y tenía preparada una desagradable sorpresa. El encanto con Del Olmo duró muy poco, y luego de seis encuentros de Liga, era cesado por Beto Aspe y compañía, eso sí, pese a las dudas de que pudiera hacer reaccionar a la oncena felina, en sus primeros cinco encuentros de gestión consiguió cifras superiores a las de Egea. Joaquín, que armó en conjunto con la directiva a aquel plantel, sumó dos triunfos, un empate y dos descalabros en sus iniciales 450 minutos, contabilizando resultados favorables contra rivales de peso como Santos Laguna o Querétaro. El relevo oficial de Del Olmo fue el polémico Mario Carrillo, con todo y su pasado por el América, donde demostró su capacidad en pleno, formando a unas Águilas ofensivas, tiradas al frente y campeonas (Apertura 2005). Con toda esta adversidad, el Capelo fue respaldado por García Aspe, que lo tuvo como futbolista en activo. Cada encuentro de local era lo mismo, el técnico era abucheado y pasara lo que pasara en el campo, el repudio de la afición fue generalizado; la presión estaba al máximo. "Hacía comidas con la porra y ahí me iba bien, las cosas cambiaban cuando tocaba jugar", llegó a ironizar el entrenador para ESPN. Su etapa duró ocho partidos de Liga, que concluyeron con una dolorosa derrota frente al América, precisamente, en CU. Con un 0-1 de Daniel Montenegro, el Capelo se despidió de un público que nunca aceptó su fichaje; no obstante, las cifras de sus primeros cinco duelos eran superiores a la racha negativa en la que Egea se ha enfrascado. Carrillo sumó dos victorias, un empate y dos descalabros, pero ni así pudo ganarse el respeto de la grada. Triunfos ante Monterrey y Puebla, en casa, así como un empate contra Chivas, lo mejor de su estadía.
Dentro del cuerpo técnico de Mario Carrillo, García Aspe había solicitado la presencia de Antonio Torres Servín como uno de sus auxiliares y fue él quien tomó la batuta una vez que se marchó el primero. Para el Clausura 2013, su primer torneo en forma, Toño comenzó con cinco cotejos que parecían favorecerle, al menos en cuanto a los resultados sumados: tres empates, un triunfo y una derrota le dieron cierto mérito dentro de los mismos aficionados. En este recuento de estrategas que deambularon en la adversidad más reciente del club, ninguno de ellos enfrentó una realidad como la que hoy tiene el conjunto del Pedregal, al menos tenían mejores cifras.
EL RECUENTO DE LOS DT’S
NOMBRE J G E P PTS TORNEO
Sergio Egea 5 0 1 4 1 Apertura 2017
Francisco Palencia 5 2 2 1 8 Apertura 2016
Guillermo Vázquez* 5 2 3 0 9 Apertura 2014
José Luis Trejo 5 1 1 3 4 Apertura 2013
Antonio Torres Servín 5 1 2 2 5 Clausura 2013
Mario Carrillo 5 2 1 2 7 Apertura 2012
Joaquín del Olmo 5 2 1 2 7 Apertura 2012
Guillermo Vázquez 5 3 0 2 9 Apertura 2010
Ricardo Ferretti 5 2 2 1 8 Apertura 2006
*Su segunda etapa.