De la noche a la mañana la defensa de Cruz Azul perdió toda la solidez que había mostrado en la primera mitad del campeonato. Ahora, en la mala racha que arrastra el equipo y que amenaza con dejarlo fuera de su séptima Liguilla consecutiva, el aparato defensivo de La Máquina ha colapsado, duplicando la cantidad de goles recibidos.
Éste es uno de los principales factores por los que hoy La Máquina parece más cerca del fracaso que de un posible resurgimiento. En todas sus líneas el conjunto cruzazulino ha tenido un alarmante descenso, pero es en la parte de la defensa en la que se ha agudizado el problema.
Para ejemplificar, de la primera jornada a la nueve, justo antes de perder el invicto, Cruz Azul solo recibió solo siete anotaciones, menos de un gol por juego (0.77 en promedio). Ahora, en estos últimos seis partidos, La Máquina ha recibido 14 tantos, un promedio de 2.3 goles por duelo. Así de radical ha sido la transformación.
DESPLOME EN SEIS JUEGOS
En los primeros nueve juegos que disputó La Máquina en esta temporada logró mostrar un gran funcionamiento defensivo. En tres compromisos mantuvo el cero en su portería (Tijuana, Toluca y Puebla) y solo León le pudo marcar dos goles; de ahí en fuera Chivas, Atlas, Necaxa, Monterrey y Santos solo le hicieron un tanto. En este lapso, Cruz Azul recibía gol cada 115 minutos.
Sin embargo, la historia cambió por completo en el reinició de la Liga, luego del sismo del pasado 19 de septiembre. En los siguientes seis juegos Cruz Azul recibió 14 goles, el doble de lo que había recibido.
El primer golpe llegó en el juego contra Pachuca, cuando La Máquina de Jémez se perdió por completo y recibió una goleada aparatosa de 4-0. En buena parte del compromiso estuvo con dos goles de desventaja y en los últimos minutos terminó por recibir otros dos más.
Al siguiente juego solo recibió un tanto por parte de Pumas, pero días después volvió a hacer agua, ahora contra América, que aprovechó la lentitud de su defensa para endosarle un 3-1 muy contundente.
Las cosas se calmaron luego de la victoria frente a Querétaro (2-1), pero solo fue un espejismo porque en la Jornada 14 otra vez Cruz Azul fue un desastre y cayó 3-0 ante Lobos BUAP. Ahora, este fin de semana, Tigres aprovechó errores puntuales para ganar de visita 2-1. La Máquina nunca ha podido mantener intacta su portería, su solidez se perdió por completo. Ahora, el conjunto de Jémez recibe gol cada 54 minutos.
De acuerdo a las estadísticas de la Liga Mx, Cruz Azul es uno de los equipos al que menos le rematan; sin embargo, aunque le lleguen poco, le suelen hacer mucho daño. En total, Cruz Azul ha recibido 163 remates en contra, de los cuales 69 han ido directamente a la portería. El primer registro de La Máquina es el segundo más bajo de la Liga, pues Tigres (con 160) es la defensa que menos deja que le disparen, y Monterrey tiene los mismos 163. En los envíos a portería, Cruz Azul tampoco anda tan mal y solo es superado por Tigres, Monterrey y Necaxa.
PERDIÓ LA ESTABILIDAD
Cruz Azul ha tenido que lidiar con algunas lesiones a lo largo de la temporada. Para iniciar, en la Jornada 2 tuvo que prescindir de Julián Velázquez por una lesión durante ocho juegos; también en algunos partidos se ausentó Julio César Domínguez, en los costados Aldrete también se ha ausentado en algunos compromisos.
Sin embargo, Jémez supo recomponer y solventó las ausencias, para ello Enzo Roco se convirtió en uno de los jugadores con más minutos, y también echó mano de Jordan Silva.
Sin embargo, la estabilidad de Cruz Azul se perdió no por las ausencias en defensa, sino por las del mediocampo. Las bajas de Francisco Silva y Gabriel Peñalba en diferentes momentos del torneo provocaron que Paco rompiera el trivote que formaba a la mitad de la cancha (Baca-Silva-Peñalba).
Sus tres mediocampistas eran clave en los regresos para reforzar la zaga; sin embargo, en los últimos partidos ya no existe el mismo recorrido y le han tomado la espalda en varios goles a la zaga.
Paco ha variado en los recientes compromisos; del 4-3-3, con su trivote, ha variado al 4-2-3-1. También, durante los encuentros, cuando ya se encuentra con alguna desventaja, el entrenador arriesga con línea de tres zagueros y deja a su equipo en un 3-4-3.
En estos momentos Cruz Azul está desajustado y a Jémez se le acaba el tiempo para volver a dar con el funcionamiento correcto de todas sus líneas, sobre todo la de la defensa, la cual ha colapsado en los últimos encuentros.