Oribe siempre llega, al capitán de América hay que tenerle en cuenta en la serie contra Cruz Azul, porque en la plantilla americanista no hay nadie como a él que le siente tan bien medirse a La Máquina, no en vano es el equipo al que más goles le ha marcado en los clásicos que tienen las Águilas. Ha vencido la meta celeste constantemente, este torneo no dejó pasar la oportunidad para causar estragos en la portería cruzazulina en el partido de la Jornada 13.
A Peralta le da igual si el partido es en el Azul o en el Azteca, él va a lo suyo, empieza a rondar el área rival, a la espera de cazar algún balón, le tiene tomado el feeling a sus marcadores, sabe en qué punto les puede causar más daño. Jesús Corona lo ha sufrido en demasía, él ha sido el guardián de la cabaña celeste en cada duelo en el que el Cepillo ha celebrado una anotación.
Da igual que el delantero azulcrema lleve cuatro partidos sin marcar, en La Noria deben estar conscientes de lo complicado que es tener por delante a Oribe, porque es un jugador que no se queda quieto en el eje de ataque, no es un 9 estático, sino un atacante que pelea y busca fabricarse su propia jugada, pero también ha dado muestras de solidaridad cuando cede alguna pelota para otro compañero.
A Oribe se le podrán reprochar muchas cosas, pero nunca se podrá poner en tela de juicio su compromiso con el escudo, es el primero en transmitir confianza al grupo, en trasladar ese convencimiento de que los objetivos se pueden cumplir, gestos indispensables en estas batallas, porque el grupo siempre necesita de un líder que predique con el ejemplo. Ahí es el primero.
Peralta en el césped es un jornalero, un tipo que no entiende de circunstancias buenas o malas, no se achica en ningún escenario, se exprime en cada balón, no se instala en el pesimismo por un error, sino que levanta la cara y vuelve a la carga. En los cuartos de final no solo los defensas centrales y Corona deberán estar pendientes de él, también los laterales y los medios de contención, porque Oribe no se quedará a la espera de que el balón llegue a su sitio.
7 VECES ORIBE
Oribe aterrizó en Coapa en el Apertura 2014, en su primer torneo tuvo que vivir un amargo 4-0 que La Máquina le propinó a América en el estadio Azul. Pero en su segundo duelo ante los celestes empezó ese idilio con el gol cada vez que se cruza con los azules.
Fue en la Jornada 12 del Clausura 2015, minuto 47 cuando marcó el movimiento, Rubens Sambueza mandó un centro desde la banda izquierda, el Cepillo se anticipó a Julio César Domínguez y cabeceó la pelota, la puso lejos del alcance de Jesús Corona. El partido acabó en victoria para las Águilas gracias a ese gol.
En el Apertura 2015 le repitió la dosis, ahora en la Jornada 7 y en el estadio Azul, fue de nuevo al minuto 47 cuando las Águilas gestaron una jugada en la que Osvaldo Martínez filtró para Paul Aguilar, Corona salió a buscar el balón, pero el lateral fue más rápido y levantó la bola para Oribe, quien cabeceó a puerta vacía. El partido acabó 2-0.
Su inercia se mantuvo para el Clausura 2016, partido de la fecha 7 en el estadio Azteca, América inició perdiendo y le dio la vuelta al juego, se puso 3-1 y el tercero fue del Cepillo, quien cazó un centro de Osvaldo y en el área chica lo empujó con la pierna derecha.
En el Apertura 2016 tampoco falló a la cita, regresó justo en el juego contra La Máquina después de haber sufrido una fractura nasal en los Juegos Olímpicos de Río. Un partido que aún vive en la memoria, porque se gestó esa épica remontada de 3-4 en el estadio Azul. Oribe abrió el camino para el regreso americanista. Osvaldo cobró un tiro libre, puso la pelota en el área chica, el Cepillo, cómo no, le ganó la espalda a los zagueros y se anticipó al intento de Corona por cortar el balón, el delantero americanista estiró la pierna derecha y el portero se quedó sin hacer nada.
En febrero de este año, en la Jornada 8 del Clausura 2016, fue el verdugo de los celestes al marcar un doblete en el estadio Azteca, el primer gol una vez más con la cabeza, a la salida de un córner, de nuevo anticipándose a la defensa, otra vez sin que Corona pudiera hacer algo. El segundo, cuando América recuperó el balón en el medio campo, Renato Ibarra aguardó por su movimiento y lo habilitó cuando la zaga cementera no le siguió, controló con la derecha y se acomodó el balón, luego disparó cruzado para doblegar al arquero celeste.
Y en el más reciente duelo de la Jornada 13 en el estadio Azul, de nuevo apareció para lastimar a Cruz Azul tras una buena jugada previa entre Darwin Quintero y Silvio Romero, el Chino lo dejó en posición franca, el Cepillo entró de atrás dejando defensas a unos metros, control con la derecha y tiro con la zurda...
Oribe Peralta Morones, se ha convertido en enemigo declarado de Cruz Azul, un tipo que les ha hecho daño en los últimos seis partidos, un delantero que siempre llega en los juegos contra La Máquina. En La Noria ya tienen claro de quién deben cuidarse en extremo.