Si de algo puede presumir Christian Giménez en su larga trayectoria como jugador profesional, es el haber cosechado cuantos títulos ha querido en los diferentes equipos que ha defendido; Liga MX, Liga de Argentina, Copa Libertadores, Copa Sudamericana, Concachampions, entre otras.
Con un currículum de tal envergadura, cualquier equipo con una larga sequía de campeonatos, lo buscaría como método para volver a la senda del éxito. Así fue como inició la historia entre Cruz Azul y el ‘Chaco’, la cual llegó a su fin sin que ambas parte pudieran retribuirse con un campeonato de liga lo que uno le dio al otro.
Giménez llegó a La Noria con 29 años y mucho futbol por delante en sus botines, tras él, una historia de alegrías enfundado en la casa del Pachuca (donde también se fue como ídolo), ahí conquistó una liga, dos Copas de Campeones de Concacaf y una Copa Sudamericana.
Cualquiera que hubiera entrado en un profundo sueño de siete años, imaginaría que, al despertar, Cruz Azul tendría al menos uno o dos títulos en el máximo circuito con ‘Chaco’ como principal protagonista. Nada de eso.
Pese a que logró alzar una Copa de Campeones de Concacaf y una Copa MX, el esfuerzo de Christian torneo a torneo nunca fue suficiente para conquistar lo que realmente le importaba a él, al club y a la afición.
Tampoco es que el argentino naturalizado mexicano haya tenido muchas oportunidades de romper la sequía cementera, pues en siete años con La Máquina, únicamente disputó una Final de Liga, la cual estuvo muy cerca de ganar ante el América, en el Clausura 2013 ante el América; el desenlace de esa historia es por todos conocida.
16 torneos después, a los 36 años, con mucho cariño y reconocimiento en las maletas, convertido en uno de los últimos grandes ídolos de Cruz Azul, ‘Chaco’ se despide sin poder presumir haber ganado nunca la ansiada novena.