Fue de los menos cuestionados en la conferencia de prensa de Pumas, en la que presentaba a sus tres nuevos refuerzos para el Clausura 2018. Yuber Asprilla comenzó a dar sus puntos de vista ya avanzada la tertulia con los medios de comunicación y contrario a alguna declaración de cajón, el colombiano sorprendió con lo que aseveró:
"Cuando llegué a México me impresioné mucho, hasta las lágrimas se me salieron cuando conocí las instalaciones de Universidad. No estoy acostumbrado a tenerlo todo y en este club se tiene todo. Tienen todas las comodidades por lo que buscaremos llevar al equipo donde merece”, señaló al inicio de las tres preguntas que se le hicieron. "Vengo a dar lo mejor que pueda a este equipo; deseo quedarme aquí mucho tiempo", remataba.
Asprilla Viera es originario de Quibdó, municipio de Choco, en Colombia, una región de mayoría de habitantes de raza negra, en la que la pobreza también azota a gran parte de su gente. El caso de Yuber no es la excepción a la regla. A poco más de 700 kilómetros de Bogotá, el ahora atacante de Universidad Nacional creció entre limitaciones, pero siempre con la encomienda clara en la mente: ser futbolista profesional. Con una temperatura diaria que rebasa los 25 grados, la región de origen del '20' auriazul era un escenario propicio para la superación: "La gente que ha estado a mi lado desde que inicié, sabe que me ha costado estar aquí; ahora toca demostrar en la cancha que el estar aquí no es casualidad", dijo. "He trabajado mucho por esta oportunidad", abundó el sudamericano.
La inestabilidad y el constante cambio de clubes ha sido la constante de Asprilla, al menos hasta hace un mes, que recaló en el Pedregal. Debutó en 2010 con Millonarios, equipo con el que consiguió el título de Copa y Liga; hasta el 2014, cuando salió del cuadro azul, el volante apenas si había disputado 61 encuentros… El primer semestre lo viviría en el Once Caldas, donde una vez más tendría inactividad (dos duelos), para después fichar con el Deportivo Pasto, cedido, donde sumaría más minutos. Desde comienzos del 2016 y hasta antes de arribar al Pedregal, sus clubes serían La Equidad, Envigado y Alianza Petrolera. Registra 132 partidos y 15 anotaciones.
En cuanto a condiciones, es un extremo izquierdo que juega a pierna cambiada, pues su perfil fuerte es el de la pierna derecha, es veloz y tiene buen disparo de media distancia, es un punta izquierda absoluto, el problema es que rara vez se le ve ayudando en labores defensivas, tal parece que con su llegada, Pumas desea emular lo conseguido con el también colombiano Luis Quiñones o con Ismael Sosa que jugaba en la misma posición pero por derecha. El otrora elemento de Alianza Petrolera se desempeña como extremo izquierdo, aunque también puede hacerlo por derecha y una de sus grandes cualidades es la velocidad que tiene.
Hoy, la realidad de Asprilla consiste en la de un elemento que buscará ganarse un puesto como indiscutible. En el sistema que podría emplear David Patiño, los dos eslabones por las bandas son Pablo Barrera (derecha) y Jesús Gallardo (izquierda); los minutos no serán muchos, pero por ello, el colombiano deberá suministrar su talento en pro de que se gane la confianza del estratega lo más pronto posible. A favor, Yuber cuenta con la plurifuncionalidad de jugar en ambos costados, por lo que podría suplir a cualquiera de los mencionados en algún momento: "Es un muchacho con condiciones interesantes, le sabe pegar con ambas piernas, muy rápido y habilidoso con el balón; su llegada le cae bien al equipo", señaló el timonel puma.
La competencia no será únicamente con Barrera y Gallardo, todo lo contrario, como extremos, Pumas cuenta con una variedad amplia de futbolistas, aunque sin consolidación en el máximo circuito: por izquierda, a Jesús Gallardo lo complementa Brian Figueroa, el más joven del plantel felino, que con 18 años, es el jugador más joven de la nómina universitaria; por derecha, Alan Acosta es otro prospecto de casa, que al menos en el comienzo de la gestión de David Patiño, tuvo bastante participación en Liga y para este semestre se prevé que retome su ritmo; finalmente, Néstor Calderón, que se quedó en el conjunto de CU, podría ser contemplado en caso de hacer falta.
A sus 25 años, Asprilla tendrá su gran prueba, el acercamiento de lo que él mismo ha considerado como "un sueño". La labor no será sencilla y la paciencia, un tema a considerar, sin mencionar que, en caso de que los malos resultados regresen a CU, lo que menos hará Patiño será experimentar con elementos que no han demostrado nada con el primer equipo: "Estoy a muerte con los objetivos impuestos por la directiva; este equipo requiere de resultados favorables y los vamos a conseguir… A los muchachos los notó comprometidos y con el hambre. Está muy claro para toda la institución", refirió el propio Patiño.