Indisciplinado, no. Franco, sí. De esta manera se describe Ángel Reyna, el recién refuerzo llegado a los Diablos Rojos del Toluca para este Clausura 2018, que busca trascender ahora en esta nueva oportunidad en la Primera División, como lo hizo en América y Rayados de Monterrey, donde pudo verse su mayor esplendor dentro del terreno de juego. Un futbolista que suma su noveno equipo en su trayectoria, y que explica el porqué su vida ha dado tantas vueltas, que lo han llevado desde ser campeón de goleo, hasta jugar en el Ascenso MX.
A sus 33 años llega como uno de los refuerzos de lujo para el cuadro de Hernán Cristante, del cual se muestra muy agradecido por la oportunidad y al que cataloga como un "tipazo y un caballero", un técnico que puede sacarle mucho jugo al equipo en cuestión grupal e individual.
"Todos queremos estar siempre arriba. Es una bonita oportunidad de nuevamente estar ahí compitiendo e ilusionarte de muchas cosas. Uno tiene que estar contento con estos nuevo retos", menciona el enganche que llenó los ojos del técnico desde el pasado torneo, y fue hasta este Clausura 2018, cuando por fin se pudo enrolar con los Diablos Rojos.
Un jugador que reconoce ser muy diferente en lo personal y lo futbolístico a la hora de pensar y de actuar, y gracias a ello, ha podido saborear las mieles de pertenecer a los equipos llamados grandes del futbol mexicano, como América, Rayados y Chivas, del que cada uno ha tomado lo positivo a pesar de que, en algunas ocasiones, no haya trascendido como se pensaba, donde se le ha conocido por su personalidad y carácter fuerte. El futbolista sentencia que no piensa cambiar esa situación en él, ya que no ha tenido ningún problema.
"En lo personal creo que no. Porque no he perdido la esencia como futbolista. Vengo de la calle, de jugar y defenderme en la calle con amigos y hermanos. Uno es ser futbolista y otro fuera de ella. Yo siempre soy el mismo", señaló el mediocampista, que se cataloga como disciplinado y un "niño" que siempre sueña, y que nunca perdió la ilusión de regresar al máximo circuito.
Después de su paso con Chivas, en el 2016 es contratado en Celaya, equipo que se mantiene en la categoría de ascenso. Se pensaba que ese cambio podría haberlo afectado y, quizá, estancarse como jugador. Sin embargo no fue así, pues considera que tuvo un proceso muy lindo.
"No fue nada duro. Fue una bonita experiencia. Yo me rijo por las bases y mano de Dios. Ayudé a mucha gente. Fue muy bonito, con un paso grato. Me di cuenta que sigo disfrutando el futbol. Dios me dio el don de jugarlo".
Pero su carrera también tocó temas sensibles, como cuando pensó en retirarse del futbol por algunos malos tratos y manejos dentro que desanimaron a Reyna cuando militaba en la Primera División.
"En algún momento sí. Pero no fue cuando llegué a la liga de Ascenso, fue de más años. Me quería retirar porque estaba un poco desanimado, sin todas las ganas para jugar. Sólo fue una vez", sentenció, y que agradece a su familia e hijo por devolverles las ganas de jugar futbol.
Uno de los momentos que también se recuerdan, fue cuando, en su paso por las Águilas, mencionó que el equipo tenía "una capitán de agua y una defensa de plástico", al perder en el Clásico ante Chivas en el Apertura 2011. Frase que le causó gracia y menciona que fue un poco el ambiente del vestidor y del que no complicó en nada a su carrera.
Ahora ya con la camiseta escarlata, llega con la misma firmeza con la que debutó. Donde el liderazgo obtenido durante su carrera, lo ha forjado a tener un mayor aprendizaje, algo que espera proyectar en un equipo con las personalidades en el vestidor, con Alfredo Talavera y Rubens Sambueza, y del que quiere ser uno más.
"Hay que ayudar, más que ser una figura. Hay que ser todos figuras. Liderar en lo que te corresponde", dijo el ahora 10 del club, un número que 'Sinha' lució con su técnica y dio títulos al equipo.
"Es un número histórico. Grandes figuras lo han portado. Pero hay otros números también importantes", finalizó.