Oswaldo Alanís ha tenido que batallar este semestre. Problemas extra cancha que no le permitieron hacer pretemporada y que pusieron en riesgo su participación en el Clausura 2018. Esta vez fue quien rescató a Chivas de una derrota más en casa.
Seguramente el central tendrá nuevo club para el mes de junio, pero las alegrías con el Guadalajara saben igual. Desde los once pasos este sábado dio vida e ilusionó a los aficionados con romper la malaria en casa, aunque al Rebaño ya no le alcanzó al final.
Vía penal tras una falta sobre Alan Pulido pudo en un grito sacar tantas emociones contenidas, sus compañeros no dudaron en celebrar y abrazarlo y es que el central no la ha tenido fácil, pues hasta hace no mucho se decía que estaría congelado mientras no arreglara su tema contractual.
Después del gol, generó una falta dentro del área rojiblanca que pudo ser el segundo y definitivo de Pachuca, pero Sagal perdonó. Pudo pasar de héroe a villano en cuestión minutos, pero el destino junto al poste izquierdo de Rodolfo Cota no lo quisieron así.