Fiel a su estilo dramático de alcanzar diversos escenarios, así es como llegó Cruz Azul a su última visita al Estadio Azteca, antes de que se convierta en su próxima casa.
Su necesidad de sumar los tres puntos la tenia que saciar frente a América, rival que no solo ha sido verdugo en su historia, sino que ahora se encuentra en una situación mejor en la tabla y también tenía esa urgencia de sumar para regresar a los primeros puestos de la clasificación.
Si algo nos ha enseñado Cruz Azul en 20 años es a no cantar victoria antes de tiempo. Aunque La Máquina inició ganando con un gol de Édgar Méndez, los fantasmas de su pasado con América no dejan de atormentarlos; en un abrir y cerrar de ojos las Aguilas le dieron la vuelta para vencerlos 2-1 con tantos de Mateus Uribe y Cecilio Domínguez.
Con esto, América no solo aumentó su hegemonía sobre Cruz Azul sino que acabó, como siempre, con sus esperanzas de hacer algo grande, en este caso, de una eventual Liguilla. La esperanza celeste se terminó.
MATEUS Y CECILIO LES APAGAN LA FIESTA
Romper con una hegemonía (9 partidos sin ganarle al América), demostrar que su funcionamiento futbolístico ha tomado mejor forma, por lo que significan las Águilas en su historia, por sus esperanzas de Liguilla y porque salir con una victoria del Azteca significaría mucho al ser su futura casa.
La motivación estaba a tope. Aunque América comenzó a llegar, no intimidó lo suficiente. Cruz Azul no perdía la calma, era pronto para hacerlo y poco a poco fue armando sus jugadas.
Fue en el minuto 6 que La Máquina aprovechó un error de la zaga americanista. Mena recuperó un balón por la banda izquierda, Edson Álvarez se entregó al intentar cortarlo, así el ecuatoriano salió bien librado y cedió un tacosito para Cauteruccio. El uruguayo tenía la presión de la defensa así que decidió trazar hacia Méndez quien con un derechazo batió a Marchesín para el 0-1.
América respondió con centro de Oribe Peralta al que Mateus Uribe no pudo ponerle dirección. Las Águilas estaban un tanto desconcertadas por el gol tempranero y porque Cruz Azul los había estudiado bien; sabían que con trazos largos encontrarían la profundidad para llegar al arco.
Seis minutos después del gol, La Máquina estuvo a punto de firmar el segundo. Méndez mandó un centro para Cauteruccio que se extendió de palomita pero el balón pasó a centímetros del arco.
Las Águilas intentaron apagar a su rival con un centro de Cecilio Domínguez que Oribe no pudo concretar y un disparo más del Cepillo dentro del área que salió desviado.
La oportunidad llegó hasta el minuto 24. Mateus Uribe sustentó sus palabras del viernes al decir que eran “muy favoritos” y envió un balón para Renato Ibarra que al disparar tuvo el rechace del Cata Domínguez; Uribe jamás se alejó del área y al ver el rebote no dudó en mandar un balazo imposible para Corona.
América es un rival que le dice y exige mucho a Cruz Azul. El gol del empate cayó como balde de agua fría en los cementeros que se preocuparon más porque no les aumentaran la ventaja que por presionar y atacar. Al 37’ los de Caixinha sufrieron las consecuencias.
En un saque de banda ejecutado por Paul Aguilar la tocaron Oribe, Mateus, Henry Martín que devolvió para Peralta y el delantero finalmente trazó hacia el costado izquierdo para Domínguez que bien acomodado y con el Jerry Flores fuera de su posición por cuidar la central tundió a Chuy para el 2-1. América les estaba dando la vuelta.
SE ACABÓ LA ESPERANZA
Caixinha necesitaba hacer cambios urgentes en el esquema. La confianza que le había otorgado al Gullit le estaba pasando factura, porque después del gol del empate, su equipo dejó de generar ocasiones y Peña solo había tenido contacto con el balón cinco veces, ninguna que pudiera trascender.
Sin pensarlo, para el inicio de la segunda parte el entrenador portugués sacó al Gullit y le dio a oportunidad a Martín Rodríguez por el sector izquierdo y a Mena lo mandó como media punta.
Cruz Azul comenzó a presionar de nuevo. La predicción de Caixinha sobre qué “Caute iba a marcar el gol de la victoria” aún no daba señales de ser. Al 48’ hubo una gran oportunidad para que el uruguayo comenzara a cumplir lo dicho por su entrenador.
Caute aprovechó un mal retraso de Aguilera para Marchesín, pero le faltó malicia al delantero celeste y el portero americanista le quitó la intención de empatar el encuentro.
La Máquina no dejó de insistir. A balón parado al 55’ llegó otra ocasión. Desde la banda sacó el Jerry Flores para Édgar Méndez, quien mandó un disparo que alcanzó a desviar Edson Álvarez.
Las oportunidades estaban ahí, les llovían a los cruzazulinos, pero no se les daba. Era claro que había mayor movilidad e intención de los celestes. Al 60’ Martin Rodríguez condujo el balón y sacó un disparo que pegó en el travesaño; enseguida Guido Rodríguez respondió con un cabezazo. El duelo de ida y vuelta estaba en gran momento.
Las emociones bajaron un poco. Hasta el 70’ Renato Ibarra reactivó el partido con un mano a mano que sostuvo con Rafael Baca y del que sacó un disparo que pudo haber movido el electrónico, pero todo quedó en el susto.
El reloj seguía consumiéndose y Cruz Azul necesitaba dos goles más. Cauteruccio lo intentó al 79’ con un zurdazo que Marchesín atajó. América tuvo una más para calar más en la herida, pero Chuy salvó en la línea.
La apuesta que Caixinha hizo sobre Cauteruccio no funcionó. El uruguayo aunque lo intentó no marcó, no fue determinante y no les dio el gol de la victoria; con esto Cruz Azul se despide de sus aspiraciones matemáticas para llegar a Liguilla.
El cierre perfecto era obligatorio, pero la falta de contundencia y los fantasmas del pasado pudieron más que La Máquina.