Pese a la gran cantidad de aficionados Tigres que asistieron al Estadio Corona la tarde de este domingo, los colores verde y blanco dominaron en la tribuna y el apoyo al conjunto lagunero fue total.
El ambiente así ya se extrañaba en el TSM, el entusiasmo de los aficionados laguneros se hizo notar, el acompañamiento al equipo desde el hotel al estadio, el optimismo pese al marcador adverso y las cuatro derrotas consecutivas de su equipo.
Del otro lado, los felinos se hicieron acompañar de numerosos seguidores que arribaron en autobuses, vagonetas y autos particulares, además de los que iban mezclados con santistas.
Hubo algunos connatos de bronca, algunos detenidos por Seguridad Pública, cuyos elementos actuaron de inmediato para evitar un descontrol ante la euforia.
Ya en el partido, desde el silbatazo inicial la gente se entregó a su equipo, predominó el grito de Santos ante el nutrido grupo de aficionados de Tigres.
Después de la primera anotación, el estadio sintió que se podía hacer la hazaña, los visitantes enmudecieron y el panorama estaba para cualquiera, aunque con la expulsión de Jonathan Rodríguez vinieron las dudas.
Aún así, regresó el apoyo total, la gente presionó hasta al árbitro y así hasta el final, con todo el nerviosismo generado al no caer el segundo gol y las efímeras llegadas del rival.
Lo que hizo Djaniny provocó que el público se quitara el sombrero literalmente, ovacionaron la entrega del caboverdiano, que luchó hasta el final con tal de lograr el gol que les diera el pase.
Tavares no pudo salir de la cancha en su propio pie, lo subieron al carrito, que en su marcha a la orilla fue impulsado por el arquero Nahuel Guzmán, quien quería apresurar para mover la pelota.
El cierre fue cardíaco, con cada pelota que intentaba meter Tigres al área venía la incertidumbre, pero Santos se defendió muy bien y agotó el tiempo para festejar el pase.
Ahora será América el rival, primero en casa y luego en el Azteca, por lo que desde esta misma noche de domingo comenzó la preventa de boletos para abonados.
Hace tres años que Santos no accedía a una semifinal y lo hizo con toda autoridad.