Una proeza. Eso es a lo que América apostaba esta noche. Corregir errores y olvidarse de la terrible ida en el Territorio Santos Modelo era el bálsamo que necesitaban las Águilas para lograr lo imposible. Por su parte, los de la Comarca necesitaban salir con la misma actitud que en su casa y cumplir con el trámite.
El ambiente era inmejorable. Si algo era seguro es que en el estadio Azteca se iba a vivir una semifinal de alto impacto. América parecía que lograría la hazaña al marcar en los primeros minutos dos de los tres goles que necesitaba, pero víctima de sus propios errores terminó cayendo ante Santos por un global de 6-3 (2-2 en la vuelta). Los goles corrieron a cargo de Cecilio Domínguez y Bruno Valdez por parte de América; de Santos anotó Jonathan Rodríguez y Jesús Isijara.
SANTOS LES SILENCIA EL AZTECA
Miguel Herrera debía hacer modificaciones urgentes con respecto al partido de ida. Tenía que salir a buscar el arco rival, era eso o dejar ir todo un semestre. El Piojo sin temor apostó por un cuadro más ofensivo con Henry Martín, Oribe Peralta y Jérémy Ménez en el ataque; Cecilio Domínguez y Renato Ibarra buscarían desequilibrar por las bandas.
Desde los primeros minutos el dominio fue para los americanistas. Jérémy intentaba meterse entre la línea de cuatro al fondo que plantó Robert Siboldi; en una de esas ocasiones, el francés fue derribado fuera del área y el silbante marcó tiro libre cobrado por Cecilio. El paraguayo mandó el balón con peligro a las manos de Jonathan Orozco; ahí estaba el primer aviso.
Dos minutos después el premio, aunque dudoso, llegó. Henry Martin ingresó al área y Gerardo Alcoba le llegó por un costado para derribarlo; Jorge Antonio Pérez marcó pena máxima. Al cobro fue Domínguez quien la mandó al costado derecho de Orozco. El Azteca gritó el gol hasta desgarrarse. Era el 1-0 y América iba por dos goles más con bastante de colchón.
Las Águilas festejaron de forma rápida. No querían perder ni un segundo en el reloj, llevaron el balón al centro y continuaron con la buena inercia. Oribe y Henry no se cansaron de centrar, pero el primero no encontraba a nadie en el área y para el segundo Domínguez no llegaba.
Santos por su parte había equivocado el camino desde el planteamiento. Siboldi sentó a Djaniny Tavares, arriba puso a Furch y Jonathan Rodríguez como dupla pero no lograban engranar. La conexión grupal parecía perdida; el medio campo no contenía los balones y la defensa estaba desorientada.
América parecía jugar con la desesperación a su favor; eran los de la Comarca los que estaban ahora con los nervios a tope y esto incrementó al 22'. En un tiro de esquina, Bruno Valdez se elevó desde el centro y con la testa mandó el balón al fondo para poner a su equipo a un gol de la ansiada final. Le quedaban 70 minutos y América quería cumplir la gesta.
Los laguneros que habían eliminado a Tigres con un hombre menos estaban desaparecidos. Dentro de sí, sabían que tenían que cumplir su palabra de salir a redondear la victoria. Con tiros de media distancia intentaron sorprender a Marchesín, pero el portero estaba en su casa, con su gente y lo que menos podía hacerles era fallar.
Sin embargo, al 40' la historia cambió. Brian Lozano agarró mal parada a la defensa de América, le puso una gran asistencia a Jonathan Rodríguez quien se quitó a Marche y definió el 2-1 a puerta abierta. Por primera vez en mucho tiempo, el Azteca entró en júbilo. Solo algunos sectores con afición santista y la cabecera de visita hicieron eco con el grito de gol. Las Águilas tenían 45 minutos para ir por dos tantos e instalarse en la final.
UNA FINAL MÁS NEGADA
Para el complemento, el Santos casi impecable de la ida estaba apareciendo. Siboldi mantuvo su 4-4-2 con Furch y Rodríguez en el ataque y con esa fórmula estuvo a punto de empatar. Al 51' Jonathan metió un sombrerito que pegó en el travesaño; dos minutos después, Marchesín salió bien librado de un mano a mano con Furch.
El cuadro de Coapa ahora ya no podía levar la desesperación a su favor. Necesitaba del instinto goleador, ése que de un tiempo para acá se le ha apagado a Oribe Peralta quien al 60' falló en su remate de cabeza frente al arco.
Herrera mandó el cambio de Jéremy –molesto por salir– y entró Ibargüen para revolucionar el ataque; casi de inmediato el colombiano tuvo en la testa el empate pero el balón salió desviado. Al 65' Renato Ibarra centró e Ibargüen se elevó pero el balón fue directo a las manos de Orozco.
Quedaban 15 minutos y a América dos goles por meter; Santos por su parte quería preservar la ventaja en el global y esperaban solo un contragolpe que les permitiera liquidar la llave.
Las Águilas habían retomado el control del juego, pero ahora les hacía falta creatividad en el área. La recta final la jugaron más que con futbol, con corazón, pero El latido de la esperanza se apagó al 84'. Jesús Isijara le pegó de media distancia para sellar el empate 2-2 y su pase a la final.
Oribe sí se reencontró con el gol al 86' pero éste fue anulado. Así, la historia del América del Piojo y el título 13 se quedó de nuevo en algo que no pudo ser.
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