26/04/2024

La Chofis López y el robo perfecto

Lunes 06 de Enero del 2020

La Chofis López y el robo perfecto

Inesperadamente, entre Luis Fernando Tena y Ricardo Peláez se confabularon para rescatarlo. Esta vez sí, la última oportunidad. Cerró el Apertura 2019 como parte de ese inesperado resucitar del Guadalajara.

Inesperadamente, entre Luis Fernando Tena y Ricardo Peláez se confabularon para rescatarlo. Esta vez sí, la última oportunidad. Cerró el Apertura 2019 como parte de ese inesperado resucitar del Guadalajara.

LOS ÁNGELES -- Vive en el lado oscuro del futbol como si ya fuera un consagrado de la cara brillante del futbol. No ha ganado nada y está a punto de perderlo todo.

Difunde videos en redes sociales participando en formaciones trenecito dentro de un jacuzzi con damas y varones, todos ligerísimos de ropa. Puede ser la locomotora y se conforma con ser un vagón más.

Se monta en poderosa motocicleta a sabiendas de que su contrato se lo prohíbe, y estrena poderoso bólido untado con un color violeta delirio de un daltónico en versión “desgráciame la pupila”.

Es Cliente VIP de un restaurante tapatío en el que el atractivo, además de las carnes con generoso marmoleado, es el cariñosón ganado en pie de escotes profundos que deambula dentro del sitio.

Armó una revuelta, con otros indignados y ofendidos, ante los vestigios del entonces capitán Carlos Salcido, para quejarse de que J.J. Macías los hostigaba pidiéndoles que fueran profesionales, que se comprometieran, que se cuidaran, que se disciplinaran.

Chivas lo retuvo. Entre que quería darle la última oportunidad y entre que nunca hubo un equipo interesado en comprar un problema, Javier López, La Chofis, sobrevivió a los terremotos que devastaban al Rebaño.

Inesperadamente, entre Luis Fernando Tena y Ricardo Peláez se confabularon para rescatarlo. Esta vez sí, la última oportunidad. Cerró el Apertura 2019 como parte de ese inesperado resucitar del Guadalajara.

Un gol en pretemporada de La Chofis tiene tanta validez como la ha tenido su palabra sin honor desde su llegada al Guadalajara, pues ni Matías Almeyda pudo cambiarlo, aunque pidió públicamente que dejaran de llamarle La Chofis, a esa Chofis, que se empeñaba en ser La Chofis en su estado más puro.

El gol ante Necaxa el pasado fin de semana fue un reflejo de sus habilidades. Amague, recorte, amague, recorte, amague, recorte. Y Alexis Doldán dejó empeñado su atrofiado cigüeñal ante la fantasía de La Chofis.

Tras deshacerse del paraguayo, La Chofis venció a Hugo González. Un zurdazo sin ornamentos, pero sin bisutería. Y claro, la afición, la mayoría de corta memoria, volvió a redimirlo como aquel jugador que llegó a emocionar a José Manuel de la Torre al llegar a Chivas.

Poder, La Chofis puede. Deber, La Chofis debe. ¿Querer? Sólo La Chofis lo sabe. Han sido muchos años de venerar a los placeres emboscados del futbol. Y se ha vanagloriado de ello.

En la desfachatez exhibicionista de su modus vivendi, alguien le hizo creer a La Chofis que podía primero desbocarse y luego comprometerse con el futbol. El huevo antes que la gallina.

Por lo pronto –y por lo menos--, cuatro años de su carrera los ha tirado a la basura. Pompilio Páez observaba al jugador de Chivas para llevarlo a la Copa Oro, a petición de Juan Carlos Osorio. Renunció tras la primera charla. “Para él, son primero el dinero y la fama, luego el futbol”, explicaba Osorio sobre la ausencia del rojiblanco.

Al final, hay, sin duda, un acto de latrocinio pasivo perpetrado por La Chofis. Le han pagado puntualmente cada dólar. Él no ha devengado cada dólar que ha recibido. El robo perfecto.

Es esa la tolerancia perniciosa en los equipos de futbol como Chivas: han cambiado tanto de técnicos, que todos se han sentido capaces de ser el Mesías de La Chofis, sin conseguirlo. La Chofis ha obsequiado más besos de Judas que Judas mismo.

Parece, sin embargo, que esta vez, la coalición Tena-Peláez puede rescatar al jugador que, con su negligencia, indisciplina y cinismo, tal vez sin percibirlo, ha hecho naufragar a casi media decena de técnicos del Rebaño. Un intruso silencioso.

Es la inquietud de la afición de Chivas: La Chofis puede, debe, pero… ¿algún día querrá? Ésta es su última carta.

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