Las historias de los Dorados de Sinaloa, junto a Pep Guardiola en 2005 y Diego Armando Maradona en 2018, se eclipsan ante un proyecto que busca de sustituirlo, un estadio en Mazatlán, con capacidad para 20 mil espectadores y que está a punto de ser sede de Primera División.
Los 17 años de historia de los Dorados peligran debido a que la Liga MX decidió eliminar el Ascenso MX y convertir la segunda división en una liga de desarrollo, a la par, el campeonato mexicano quiere abrirle la puerta a una posible mudanza del conjunto de Monarcas Morelia, a Mazatlán, Sinaloa. Par de movimientos que dejan en jaque el conjunto que aún dirige David Patiño.
Los Dorados de Sinaloa se convirtieron en el equipo que hacía posible lo irreal, pues en una temporada junto a Guardiola, Pedro Iarley y a Sebastián 'Loco' Abreu en un club que entrenaba en un balneario de la localidad. El objetivo era evitar el descenso, no lo consiguieron y aún así quedaron en la memoria de los aficionados a la Liga MX.
El siguiente golpe fue la llegada de Cuauhtémoc Blanco, el ídolo del Tricolor que ganó una Copa MX con los Dorados en 2012 y seis años más tarde una noticia que impactaría en el medio internacional: Maradona.
Diego Armando Maradona se convirtió en técnico de los Dorados de Sinaloa en 2018 y estuvo a punto de llegar a la Primera División, debido a que jugó dos finales del Ascenso MX, pero no pudo vencer al Atlético de San Luis, en ambas dirigidas por Alfonso Sosa.
El Pelusa hizo que a diario de se hablara de Sinaloa y el tema no era el narcotráfico, sino sus tácticas de motivación que imitaban al Haka de de Nueva Zelanda y sus resultados en el campo, estuvieron a punto de convertir al equipo culichi en una franquicia de Primera División.
La historia de los Dorados tambalea ante el futuro, pues un proyecto que inició hace menos de tres años en Mazatlán, amenaza con hacerle sombra y, hasta sustituirlo, en caso de que se concrete la mudanza de Morelia a Sinaloa.