México no necesita llegar al quinto partido. Antes que eso, necesita crear hombres de bien por medio del mejor vehículo que se tiene: EL FÚTBOL
Mucha ropa sucia está saliendo esta semana. Parecería que todo estaba bien, cuando la realidad es que todo está mal en cuanto al proceso de formación a los jóvenes prospectos de futbolista profesional.
Solo tocando el tema de nuestro país, sin querer dar por hecho que en otras latitudes se haga de mejor forma, el objetivo que se persigue en las diferentes categorías de jóvenes, resulta que es muy pobre y muy simplista, tomando en cuenta los tiempos en que vivimos: todo tiene que ser inmediato, todo se tiene que adaptar al modelo económico en el cual yo invierto por cantidad de dinero y necesito ganar por esa inversión, que hablando de productos, no está mal, el problema es que estamos tocando un producto llamado SER HUMANO, entonces sus programas y procedimientos quedan demasiado fríos y pobres en su desarrollo.
Casos como el de Chivas del que tanto se habla, siempre se tuvieron. Pero cuando se rebasa la línea de la disciplina, entran las demandas y problemas de orden jurídico, todo mundo se horroriza y pone el grito en el cielo, cuando el problema desencadena en situaciones en cualquier esfera de nuestra sociedad.
Sin ir más lejos, el año pasado en el Veracruz sucedió un hecho lamentable, que en su momento nadie hizo caso y terminó con el asesinato de un personaje al que nadie le puso un alto en su momento, teniendo la certeza de que se propasaba con jóvenes futbolistas.
El problema, que nadie quiere atacar, es resolver y darle buen camino al 99% de jóvenes en proceso de fuerzas básicas, que no alcanzaran su sueño de jugar en primera división, en el cómo encausar esas vidas de deportistas en otra faceta que no sea el mismo futbol. El 1% que sí llegará, tampoco tiene bases sólidas, solo tuvo la suerte de poder debutar por muchas circunstancias, pero que, en el camino, ante cualquier problema de vida, su caída es peor que la de los no debutados.
El dinero y la fama en cabezas no preparadas para tenerlo, es peor que una pistola manipulada por un niño de 6 años. Al final, por equipo, los “formó” y los vendió. Yo diría, que los desformó quitándoles valores familiares en pos de entrar a un mercado que no se toca el corazón.
El problema viene desde la formación y se hace más grande cuando aparece el comprador necesitado de hacer más fuerte su plantilla. Aparece el problema o estalla la bomba y la gente de doble moral empieza a tocar temas como valores, tradiciones, escudo, cuando en su momento al comprar mercancía-jugador, solo hicieron caso a sus necesidades.
Este país, no necesita futbolistas. Estamos requiriendo jóvenes con bases sólidas para fortalecer una sociedad rota. Los formadores y sus instituciones están en el mejor momento y en el mejor lugar para hacerlo, ya que tienen en sus manos deportistas y por lo que vivimos, esa actividad es el mejor vehículo para aportar gente de bien a nuestra sociedad.
La FMF es la única institución del país que tiene más de 60 millones de seguidores. Esta cantidad no puede ser desaprovechada en solo tener un espectáculo. Tienen la gran responsabilidad social de poner un grano de arena muy grande.
México no necesita llegar al quinto partido. Antes que eso, mucho antes, necesita crear hombres de bien por medio del mejor vehículo que se tiene. EL FÚTBOL.