LOS ÁNGELES -- El campeón languidece, pero no abdica —aún—, a ese trono, que le llevó 23 años y medio de dramas conquistar. Ese apego al amor esquivo. Cruz Azul sigue con vida, pero con la advertencia aritmética de que camina en la zona resbaladiza del Repechaje.
Y en el horizonte, emboscadas. La Máquina deberá rescatar los nueve puntos restantes ante tres desesperados, para aspirar a uno de los tres boletos pendientes en la Liguilla directa, para después ceder seis o siete jugadores a Fecha FIFA de noviembre.
Lo aguardan tres equipos con las fauces abiertas y babeantes: América, este domingo, herido por su fracaso en Concachampions; León, que pretende Liguilla de manera directa, y Pumas, al que todavía, el sistema solapador de la Liga Mx, lo alienta a ilusionarse con la Reclasificación.
Desde el pasado 30 de mayo, y días subsiguientes, una palabra que se agigantó como promesa, que se abanderó como objetivo, pero que menguó al paso de las jornadas, por las dudas, por los recelos: Bicampeonato. Cruz Azul habló de ello, como obligación, como meta, como pretensión, como compromiso.
En la antesala de medirse al América este domingo, Cruz Azul hace su propia auditoría: tiene 20 puntos. De ganar nueve de nueve, se colocaría en el retrovisor del líder y en Liguilla directa.
Pero, hay otro escenario. Cruz Azul ha hecho del empate su religión este torneo: ocho en total, los mismos que Santos, líderes en ese poco agraciado departamento. Bajo esa tendencia, si La Máquina rescata sólo tres de esos nueve, queda en riesgo hasta de perder el Repechaje.
La jauría que compite por los ocho codiciados boletos para un asiento en el carrusel de la mediocridad, el Repechaje pues, tiene la ferocidad de la desesperación. Debajo de Cruz Azul, séptimo en la Tabla General, están Monterrey, Necaxa y Mazatlán con los mismos 20 puntos aunque estos dos últimos con sólo un juego pendiente.
Detrás de ellos, está Chivas con 19, y después, con 17 puntos, tres equipos con tres juegos pendientes aún: Santos, San Luis, y completan el santoral los santos inocentes de Pumas. Estos tres, queda claro, con una temporada abajito de lo mediocre, con apenas el 40 por ciento de rendimiento.
Pero, con una campaña mediocre también, al campeón vigente no le queda más que merodear en ese vecindario de la incertidumbre. Es decir, puede desplazar a Atlas, Toluca o Tigres de esa zona VIP rumbo a la Liguilla, o, en el desastre absoluto, quedar fuera incluso del Repechaje.
Cruz Azul tiene el mejor plantel de la Liga Mx. No el más costoso ni el más caro, pero sí el más completo. En cada posición tiene uno o dos relevos confiables. Ninguno desmerece entre ser titular o suplente.
Sin embargo, la contabilidad del torneo parece desmentirlo. Empates agonizantes, agobiantes. Lapsos inusitados de desorden, de confusión. Goles que se yerran, porteros que se subliman, postes que se atraviesan. La suerte que lo cobijó en el Clausura 2021, se ha convertido en musa de otros.
Afectado por las Fechas FIFA, al recibir jugadores exhaustos o lesionados, Juan Reynoso agrega incertidumbre con sus rotaciones. Parecería que ha querido tomar el torneo entero en su fase regular como una pretemporada, para llegar entero a la fiesta final, a la que, sin embargo, aún no tiene invitación garantizada.
Parece, a la distancia, que Reynoso sabe lo que está haciendo, aunque el resto del universo aún no entienda ni cómo, ni porqué lo está haciendo así. Ha tenido que depurar el recurso de las rotaciones como debió hacerlo en el torneo en el que fue campeón.
Como referencia, aquel juego ante Mazatlán, en el que el entonces técnico Tomás Boy se indignó porque su rival hizo ocho cambios. “Es una falta de respeto”, dijo Boy. Sin ensuciarse, La Máquina ganó 1-0. Y la figura fue Nicolás Vikonis, el arquero mazatleco, aunque se quedó con diez hombres al 23’ por expulsión de Gael Sandoval.
Este domingo, ante América, bajo el incongruente apelativo de “Clásico Joven”, Cruz Azul debe iniciar su cabalgata para tener la oportunidad de cumplir esa promesa del Bicampeonato. Tiene plantel entero, y el entrenador le ha bajado volumen al ruido que genera la rivalidad entre El Nido y La Noria.
“Siempre duermo bien, muy tranquilo, sea el rival que sea, dormí muy bien previo a la Final, dormí bien previo a debutar en Selección”, dijo Reynoso en conferencia de prensa, para establecer que América no le lleva al insomnio.
Incluso, Reynoso lanzó un par de dardos: abusó del verbo embalar, ése que le causa urticaria a Santiago Solari, y además le recordó a las Águilas que en mayo se fueron pronto de descanso, al ser eliminadas en Cuartos de Final.
Podrá ser que, públicamente, a Juan Reynoso no le arrebate el sueño enfrentar al América, pero, sin duda, entiende la trascendencia del juego, del rival, y especialmente de los puntos en la mesa. Sobre todo, porque la palabra quedó empeñada: buscar el Bicampeonato.
Así, ante un América vapuleado por Monterrey, que cargará con la ausencia de Richard Sánchez, y un severo examen de conciencia, Cruz Azul tiene dos obligaciones inherentes al título: defender el prestigio de ser el Campeón y cumplir esa promesa que aún, vive, lánguidamente, pero palpita en la ilusión de sus aficionados: ese Bicampeonato.