Seguir calificando las más recientes derrotas como “accidentes” es tan irreal como justificar la llegada de unos refuerzos y la ausencia de otros
No importa en qué contexto se lea esto. La afirmación es tan real como tajante. Seguramente en algunas cosas las diferencias sean todavía mayores; pero, por ahora, nos vamos a quedar solamente en el ámbito del futbol. Y ahí, el mexicano se ha ido quedando cada vez con menos argumentos ante el estadunidense.
Seguramente de manera más lenta de la esperada, pero de forma continua, el desarrollo y crecimiento del futbol en los Estados Unidos amenaza seriamente al balompié en México. La idea, si bien no es nueva, día con día adquiere más sustento.
Las finales del verano pasado a nivel selección y los resultados directos en la eliminatoria mundialista, la reciente victoria de Seattle sobre Pumas en la final de la Concacaf Champions League o las eliminaciones tempranas de Santos y León a manos de equipos de la MLS y, en lo más reciente, el golpe de realidad que resulta ser el mercado para unos y para otros.
Mientras en México se suspiró por Luis Suárez, se rumoreo con Edinson Cavani y se soñó con Luuk de Jong; en Estados Unidos firmaron a Lorenzo Insigne, Giorgio Chiellini y Gareth Bale.
Seguir calificando las más recientes derrotas a las que se hacen mención como “accidentes” es tan irreal como justificar la llegada de unos refuerzos y la ausencia de otros a la realidad de un país y de otro.
Por su puesto que importa la calidad de vida que ofrecen como países México y Estados Unidos, pero influye también en la decisión de ir a una liga u otra la cercanía con Europa que cada una ofrece. La MLS se transmite y, por tanto, se puede seguir en el Viejo Continente. La Liga MX allá es un absoluto desconocido. La liga estadunidense acaba de firmar un contrato por 10 años para transmitir todos sus partidos y contenido exclusivo en la plataforma de Apple Tv. En la liga mexicana cada equipo vende sus derechos por separado.
Aspirar a mejores sueldos se puede entender como otra buena razón para aquellos jugadores que tengan que elegir entre cada liga. Pero no se puede dar por descontado que en el norte se pague mejor.
Gareth Bale ganará poco más de millón y medio de dólares en Los Ángeles. Un sueldo por debajo de lo que percibirá, por ejemplo, Jonathan Rodríguez con América. El galés, sumido en una inconsistencia alarmante, es una figura mundial y bajo el brazo lleva, entre otras cosas, cinco Champions League. El uruguayo, por su parte, tampoco presume de regularidad estos últimos meses y entre sus logros más destacados están, seguramente, dos títulos de Liga MX.
Este es apenas un ejemplo concreto. Pero ¿cuántos jugadores de América, Tigres, Monterrey, Cruz Azul o Chivas estarían hoy, con sus sueldos actuales, entre los 15, 20 o 30 futbolistas mejor pagados en la MLS? México puede competir en sueldos, pero es que pierde en bastantes más cosas.