Un fallo de índole federal hizo posible que saliera de prisión y ahora denuncia los tratos que recibió en la cárcel, a pesar de que era inocente y ese día no estaba en el Estadio Corregidora
Cuauhtémoc Galindo todavía tiene miedo. El mesero que fue encarcelado tras la trifulca entre Gallos y Atlas en el Estadio Corregidora habla por primera vez, después de cinco meses en prisión y gracias a un fallo que lo declaró inocente: "el gobernador de Querétaro me quiso utilizar como chivo expiatorio", asegura.
"Me llamo Cuauhtémoc Galindo Cordero, tengo 29 años, soy mesero y el gobernador de Querétaro me utilizó como chivo expiatorio por lo que pasó en el Atlas contra Gallos", asegura Galindo, dos días después de ser liberado y comprobar que no estuvo en la trifulca entre Gallos y Atlas.
El cinco de marzo, cuando el Estadio Corregidora atrajó todos los focos por una trifulca que dejó a 26 heridos, muchos de ellos bañados de sangre, tras una pelea entre grupos de animación de Gallos y Atlas, Cuauhtémoc Galindo estaba a 15 kilómetros de ese lugar, trabajando en una fiesta, de mesero.
"Ese día me encontraba celebrando una boda, a 15 kilómetros del Estadio Corregidora, mi error fue recurrir a la Fiscalía, ya que me llegaban amenazas de muerte, tanto para mí, como a mi familia, porque antes de irme a trabajar a la boda, publiqué en Facebook un himno del equipo de Gallos de Querétaro", recuerda Cuauhtémoc Galindo.
Las autoridades de Querétaro tardaron más de 24 horas en detener a los presuntos responsables de la riña entre Gallos y Atlas, a pesar de que las imágenes ya habían dado la vuelta al mundo y el gobernador Mauricio Kuri había instruido a concentrar todos los esfuerzos en detener a los culpables, no había resultados de las investigaciones.
Ante la presión, detuvieron a Cuauhtémoc, que ni siquiera estuvo en el Estadio el día de la riña, y lo presionaron con salir del problema sólo si se echaba la culpa, pagaba 21 millones de pesos por los daños y grababa un video en el que debía de pedir disculpas a la sociedad y al gobierno.
"Me amenazaron que si no me echaba la culpa, mi familia tenía que resarcir los daños de 21 millones de pesos. Pensé en quitarme la vida, por el hostigamiento. El gobierno quería que me echara la culpa y que me exhibiera enfrente de los medios de comunicación, que le pidiera perdón al gobernador, eso no iba a pasar, porque soy inocente", aseguró Cuauhtémoc Galindo.
Un fallo de índole federal hizo posible que saliera de prisión y ahora denuncia los tratos que recibió en la cárcel, a pesar de que era inocente y ese día no estaba en el Estadio Corregidora.
"Acudí a la Fiscalía, buscando seguridad, me di cuenta de que quien debemos de cuidarnos como ciudadanos es del gobierno. Ese día, a las 11 de la noche, llegaron a mi casa, derrumbaron mi puerta, pensé que eran narcos o gente que me había amenazado, encañonaron a mi hija de cuatro años y me llevaron. Ahora estoy aquí, porque soy inocente".