LOS ÁNGELES — El infortunio se ha cebado sobre Jesús ‘Tecatito’ Corona. En el entrenamiento de este jueves con el Sevilla, sufre fractura de peroné y rotura de ligamentos en el tobillo izquierdo. Se pierde el Mundial de Qatar 2022. “Es el último y quiero que sea el mejor”, había dicho.
Este matrimonio entre ‘Tecatito’ y la Selección Mexicana nunca llegó a vivir una Luna de Miel. La ceremonia siempre se veía interrumpida. Problemas familiares, problemas médicos, bajas de juego, decisiones de técnicos.
Un matrimonio que nunca llegó a consumarse. El destino dictamina el divorcio antes del tálamo. Ahora, al jugador, sólo le queda pensar en el 2023. Regresar a los 30 años, en el último tren de su carrera.
En tanto, el tan cacareado “Tri-dente Mágico”, gestado en las fantasías mercantilistas de los vocingleros de la Selección Mexicana, se desploma, desaparece, tras esta lamentable lesión de Corona. Habrá que encontrar y no inventar el reemplazo, y hacerlo no en las marquesinas de los patrocinadores, sino en el realismo de la cancha.
Una Selección Mexicana castigada por lesiones y por el sorteo, atisba, trémula, inquieta, nerviosa, el Mundial de Qatar 2022: una Argentina a punto; una Polonia hambrienta, pero, como consolación posible, una Arabia Saudita tambaleante.
El destino es así. El infortunio es así. Un estallido de desgracia agazapado tras la delicadeza trágica de lo inesperado. El “Tri-dente Mágico” no pasó de ser un regodeo, un cachondeo, un regocijo en las fantasías del ya merito, del ahora sí. Siempre, la caramelización precipitada de los augurios, abre la puerta a riesgos funestos.
Tras su reconstrucción en el Porto, Corona se sumaba a los minutos de Hirving Lozano con el Nápoli, y a la depredadora marcha del Lobo Mayor, Raúl Jiménez. El carrusel festivo del Quinto Partido empezaba a adornarse con holanes qataríes. Pero, el “ahora sí se puede”, terminó embadurnado del doliente “a’i pa’ l’otra”.
Porque, en un país, donde Juan Rulfo y su Pedro Páramo, son los cronistas de sus efemérides, era inevitable el conjuro de los aguafiestas. Corona, Jiménez y Lozano han regresado a la condición inhumana del realismo humano del futbol: las lesiones… y sus lastres.
El fallido “Tri-dente Mágico” y su vendaval conquistador, se suma a las anécdotas premundialistas de las aritméticas de José Antonio Roca para Argentina ‘78; del “clasificamos caminando” de Ricardo La Volpe; de “la victoria histórica” ante Alemania en 2018. Y el culpable siempre es el mayordomo.
¿Qué viene ahora? Con ‘Tecatito’ en salas de rehabilitación por tiempo indefinido, Gerardo Martino debe voltear hacia donde siempre se negó a voltear, hacia la sangre nueva, hacia la sangre joven. Y claro, en el botiquín de emergencias, hay un par de veteranazos al norte de su arrogancia: la MLS.
A partir de hoy, el ‘Tata’ deberá empezar a trabajar donde siempre le dio pereza trabajar. El problema es la inestabilidad de las refacciones. O la soberbia del mecánico. ¿Se atreverá Martino, adicto a la milonga más que al tango, a ir con la frente marchita a pedirle a Carlos Vela que se sume a la peregrinación fatalista rumbo a Qatar? ‘La Hiena’ ha dicho que no quiere reírse ni que se rían de él en otra Copa del Mundo, pero…
¿Y entre los jóvenes? Nombres hay, aunque en horas bajas, muy bajas. Diego Lainez, Alexis Vega, Orbelín Pineda, Alejandro Zendejas, Roberto Alvarado. Y ya desesperado, hasta Uriel Antuna o Marcelo Flores.
A excepción de Lainez, ninguno tiene el desequilibrio de ‘Tecatito’. Además, el delantero del Sporting Braga tiene el espíritu, la viveza, la demencia ofensiva, la rabia, que a Corona se le ha cuestionado muchas veces.
Tras la frugal y necesaria vigilia, por la lesión de Corona, será necesario activar a Martino. Sacarlo de la pachorra que inunda a él y a su cuerpo técnico. Si ya fueron estériles sus meses de vacaciones en Argentina, que al menos su actual paseo todo incluido VIP por Europa, genere alguna utilidad al Tri.
Si ya la situación estaba comprometida de cara a la Copa del Mundo, ver cómo aún cojea futbolísticamente el jefe de jauría del Wolverhampton, y la irritabilidad competitiva de ‘Chucky’ Lozano, ahora el ‘Tata’ deberá abrir los ojos, los dos, a un panorama que exige decisiones no sólo inmediatas, sino inteligentes, más que hormonales, caprichosas y cargadas de berrinches seniles.
Y esperar que el manoseo mediático hacia un nuevo “Tri-dente Mágico”, el “Tridente Cósmico”, el “Tridente Galáctico”, el “Tridente de Oro”, se tome una pausa, en esa menopausia desesperada por vender lo que no existe.