No todo fue miel sobre hojuelas en la vida de Ignacio Ambriz, quien hoy es considerado el mejor estratega mexicano del último lustro en la Liga Mx, y no es para menos, ya que Nacho disputará su tercera final en nuestro balompié ahora en el banquillo del Toluca y buscará su segundo título como timonel.
El estratega de los Diablos ha reconocido en diversas entrevistas que surgió de un barrio humilde, donde el alcohol y las drogas son el pan de cada día, pero sarcásticamente no fue ahí donde cayó en este mundo. Nacho aceptó que como futbolista profesional tuvo dos etapas en las que se refugió en los estupefacientes y la bebida.
“Soy un tipo de barrio y me tocó ver a mucha gente dentro de la droga, dentro del alcoholismo, y en mi barrio nunca lo hice, lo hice ya cuando empecé a jugar futbol profesionalmente. Probé la droga, me gustó, y tuve dos o tres años el problema de la drogadicción, donde no me fue nada bien. Sí es cierto que te sientes Sansón, sientes que no pasa nada”, indicó en entrevista con Javier Alarcón, donde aceptó que con la ayuda su mamá y la madre de sus hijos logró salir de este bache.
“Yo creo que, si no hubiera salido, no sé si estuviera en el bote o si estuviera muerto, pero sé que la fuerza de voluntad que le puse fue bastante grande, fue un reto contra mí mismo, me acerqué a Dios, y hoy te puedo decir que después de 1990 nunca más volví a consumir ninguna droga. Entré como muchos con eso de para ver qué se siente, que nadie me cuente, dicen que estás borracho y se te quita, a ver si es cierto y a mí nadie me obligó y tontamente me equivoque en ese sentir bien”, puntualizó Ambriz, quien ha dado pláticas a jóvenes tratando de ayudarlos a salir de este problema.
Al igual que su madre y la mamá de sus hijos, Manuel Lapuente fue una de las personas que lo ayudó a salir del alcoholismo cuando era figura del Necaxa, seleccionado nacional a mediados de los noventa.
“En momentos complicados para mí, en esa recaída que tuve en el alcoholismo, fue el profe Lapuente el que me dijo: 'Yo no te veo bien, yo quiero ayudarte y si te tengo que meter a algún lado, te meto'. Y yo le dije: '¿Profe, me está hablando en serio? Yo no tengo problemas con el alcohol', y me dijo: 'Sí, sí tienes'. Así como te la cuento, así me agarró en el vestuario, y cuando salí dije: 'En la torre, ya se dio cuenta'”, tras esas palabras, Nacho ingresó a una clínica de rehabilitación para continuar como su gran camino como futbolista, el cual lo ha llevado hasta el día de hoy a una final más en su carrera.
DAO