Las calles y avenidas de la Bella Airosa atestiguaron el desfile del campeón, celebración que reunió a los jugadores de los Tuzos del Pachuca con su afición para celebrar la obtención de su séptimo título de Liga MX.
Seis años tuvieron que pasar para que el trofeo campeón se paseara por las calles de la ciudad; como si se tratara de un mitin político, o un concierto, la multitud se aglomera alrededor del turibús que transporta al equipo, directiva y el nuevo trofeo de la escuadra hidalguense; los ecos en la Plaza Independencia resuenan, "banderas de a 20", "llévelo, llévelo, el sello del escudo", "playeras de 100 pesos"; mismos que se mezclan con gritos de: "Pocho", "gracias" y "somos campeones", que retumban en todo el Primer Cuadro de la ciudad.
Para los aficionados de hueso colorado, la espera de seis años fue larga pero valió la pena. Pese a la baja asistencia en el Huracán durante toda la temporada, la afición reconoció el esfuerzo de su equipo, los Tuzos únicamente deben corresponder y seguir trabajando para dar más alegrías a su afición, pues quienes se dieron cita en el desfile del campeón no merecen esperar otros seis años para volver a celebrar.
Desde hace 23 años el Club Pachuca ha sumado siete títulos de la Liga MX, el primero el 19 de diciembre de 1999, curiosamente desde esa fecha casi todos los gobernadores de Hidalgo han presenciado un campeonato de su escuadra, siendo Manuel Ángel Núñez Soto quien más vivió este escenario, pues le tocó el primer triunfo y repitió en las temporadas de Invierno 2001 y Apertura 2003.
Posteriormente, el mandatario Miguel Ángel Osorio Chong, celebró los campeonatos de Clausura 2006 y Clausura 2007; el último título del balompié mexicano llegó en el Clausura 2016, un 29 mayo 2016 cuando aún gobernaba Francisco Olvera Ruiz; ahora tras un cambio de partido en el poder los Tuzos levantan la copa del Apertura 2022, con Julio Menchaca Salazar como titular del Ejecutivo, dejando sólo a uno, en la anterior gestión, sin esta celebración.
Para aquellos que realmente viven la pasión en una cancha, en un estadio, que desfilan en las calles con playeras gastadas y viejas, quienes derraman una lágrima al ver este triunfo, vale mucho ver un resultado de esta magnitud y duele no haberlo hecho antes, esos fanáticos fieles, pocos de ellos, que aunque les aprieta la camiseta siguen apoyando, a ellos se les debe conceder este triunfo y no a aquellos que abandonan un barco que creen hundido para evitar las críticas.
La Bella Airosa retumba de alegría nuevamente, seis años de malaria se marchan de la entidad y de su Club, su gente sonríe y felicita a su equipo; pero la pregunta permanece, nuevamente tardarán seis años en dar resultados, la llamada "campeonitis" tendrá tanto efecto, y más importante aún, cuántas jornadas de la próxima contienda el Huracán estará lleno de fanáticos... sólo el tiempo lo dirá...