Dos accidentes en el que lo declararon muerto y cinco percances más que lo acercaron lo suficiente a un cajón, son la muestra suficiente de que el ex boxeador mexicano Rodolfo González nació con la suerte chueca y por eso el apodo de El Gato resume muy bien su existencia.
El ex peleador de la Ciudad de México nació en el 59 en el seno de una familia de barrio y en el deporte encontró el cobijo que necesitaba. Era bueno para tirar golpes y como amateur logró acumular varias medallas a nivel nacional e internacional por lo que el brinco al profesionalismo fue el paso lógico.
Debutó en 1978 con un nocaut sobre Manuel Ferrer y tras hilar 13 peleas por nocaut estaba listo para escalar de nivel, para ese entonces ya peleaba en Estados Unidos – en Los Ángeles en su mayoría – y para 1981 logró juntar el dinero suficiente gracias a su primera pelea por campeonato mundial (que perdió por decisión ante Claude Noel) para cumplir su primer sueño: comprarle una casa a su madre. Pero la noche que dejaron el barrio, después de una fiesta, su suerte se torció para siempre.
A bordo de un Mustang amarillo dejó la fiesta junto a cuatro de sus amigos, sin saber que en el camino se cruzarían con un camión y todos serían declarados muertos en el lugar. Los cuerpos fueron trasladados a la morgue del Xoco, en donde tuvo que ir el padre Gozález a reconocerlo, pero mientras lo observaba, “El Gato” se quejó y eso le salvó la vida. El saldo fue un derrame pulmonar, una luxación de cadera y una mano rota.
Muy buena técnica de Rodolfo "Gato" González, nacido en la localidad de San Diego en Tepatitlán, Jalisco, campeón mundial de peso ligero. https://t.co/l7Et8vJSGK
— Eduardo Camarena (@ecamarena1) August 24, 2022
De ahí los accidentes fueron en cascada, pues en un pleito en la calle lo apuñalaron provocando otro derrame pulmonar, borracho chocó cuando iba en una moto, se cayó de un árbol de 6 metros de alto mientras intentaba atrapar un pájaro para su mamá, un vidrio cayó de un ventanal y lo perforó, tuvo otra volcadura de auto, fue alcanzado por un balazo en las rodillas.
Con el número de vidas al límite, El Gato no desistió del deporte y siempre volvió al gimnasio y a pelear después de cada contingencia. Para 1987 y luego de múltiples presentaciones en Estados Unidos, González viajó a Italia para retar a Patrizio Oliva por el título superligero y perdió por decisión unánime.
La última oportunidad de título llegó en 1988 cuando retó a Roger Mayweather – el tío del multi monarca Floyd Mayweather – en juego estaba la corona superligera del WBC, sin embargo el mexicano fue noqueado en 12 rounds.
Después de esa derrota subió al ring 6 veces más, pero ya no era lo mismo e hiló más derrotas que victorias por lo que decidió poner fin a su carrera en el 2004.
Sin embargo, la vida le tenía preparada la prueba más grande de todas. La noche del 5 de octubre del 2007 estaba en su casa bebiendo con amigos y después de una discusión y una pelea dos hombres murieron.
Por un tiempo El Gato - quien asegura es inocente, pues cuando vio que se peleaban se fue a beber a otro lado y cuando regresó vio lo que había pasado – estuvo viviendo como indigente, pero la vida en la calle es dura y terminó por entregarse a las autoridades y sentenciado a 30 años de prisión.
Desde entonces El Gato se encuentra en el Reclusorio Oriente en Iztapalapa purgando su condena y mientras enseña a las personas privadas de su libertad cómo tirar un buen golpe, espera que eventualmente su suerte le dé una tregua.
MGC