América suma de tres, lo hace por algunos buenos pasajes, porque el equipo de Fernando Ortiz está lejos de su mejor versión, pero con esos instantes de lucidez le da para seguir en la pelea para acercarse a la zona noble. El 2-1 sobre Necaxa no despeja esa concepción de que en estos momentos el cuadro amarillo vive en una inercia de serpientes y escaleras y no en una constancia de buen juego y resultados.
Las Águilas saben que ya no pueden dejar ir más puntos en casa, porque ahora ve la parte alta de la tabla un tanto lejos, así que era un partido para tratar de mejorar su rendimiento colectivo, porque también debe encontrar la manera de lograr una seguidilla de buenos resultados. Aún no se ve un equipo como el del mismo curso que dominó el torneo sin discusión.
Ante los Rayos, el equipo del Tano Ortiz se hizo con el control, si América aún deja algunas dudas, Necaxa no se mueve en mejores aguas, Andrés Lillini tampoco ha dado con la tecla para encontrar un equipo con mejores resultados y ya hay un halo de presión sobre el argentino.
Controlaron las Águilas el juego, llevaron la iniciativa, pero les costaba encontrar los espacios por donde hacer daño. Ante la baja de Alejandro Zendejas, el elegido por el Tano para ocupar la pradera derecha fue Roger Martínez, el colombiano se esforzó, pero en varios intentos se cargó más al centro, y no tiene esa cuota de picardía para el regate como Zendejas, Roger es más potencia.
Necaxa hacía su esfuerzo, pero no inquietaba a Óscar Jiménez, el equipo no fluía de medio campo para delante, eran intentos aislados que sucumbían en los contenciones o en los zagueros azulcrema, eso sí, en defensa mantenía bien vigilados a los azulcremas que llegaban un paso tarde al último pase para tener una mejor opción.
Sin embargo, en una pelota parada las Águilas encontraron la vía para ponerse en ventaja. Un córner fue peinado en el primer palo por Néstor Araujo y en el segundo Diego Valdés llegó para empujar la pelota al fondo, pero el abanderado le negó el festejo al señalar fuera de juego; sin embargo, el VAR fue justo con el chileno.
América obligaba a Necaxa a abrirse, lo invitaba a tomar riesgos, pero los Rayos no se lanzaron con vehemencia al ataque, mantuvieron el orden, conscientes de que si salían a jugar a corazón abierto se irían malheridos. Se acercaron en un par de pelotas, pero la defensa amarilla alejó el peligro.
Los de Coapa continuaron con su juego, procesaban el partido con el control de la pelota, y casi logran el segundo en un contragolpe, pero un rebote impidió que Fidalgo rematara a placer, la bola se elevó y pegó en el travesaño.
El guion no varió para el complemento, de hecho, se puso más cuesta arriba para los Rayos, porque en los albores Alexis Peña derribó a Valdés en el área y el árbitro, Ismael López, marcó penal. Henry cobró desde los 11 pasos y puso el 2-0 al 50’. El juego estaba en un buen escenario para los azulcrema.
Los Rayos no hicieron mucho por cambiar el desarrollo, su reacción fue de mucha tibieza. América no apretó más de la cuenta, tuvo un par de aproximaciones más, pero nada de peligro. Después el Tano dosificó gente, y en la recta final Maximiliano Silvera descontó tras una buena jugada y de muchos pulmones de Ricardo Monreal.
Lo ganó América apretando los dientes, el equipo del Tano no vive sus mejores momentos, ahora viene una semana con jornada doble en la que es fundamental conseguir una buena inercia de resultados que les permita ascender posiciones de manera considerable.
Mientras, Necaxa vive horas bajas, el protagonismo que esperaba encontrar con Andrés Lillini no termina de llegar, en un torneo donde la aspiración era entrar a la Liguilla, los Rayos no están ni en zona de repechaje.
DAO