Octavio Picas Becerril historia de comer tres veces al día

Uno de los pilares del Necaxa que marcó una época en la década de los noventas fue sin duda Octavio Becerril Morales, mejor conocido en las canchas del futbol mexicano como el Picas, un defensa aguerrido, fuerte, pero siempre muy leal en la disputa del balón.

Becerril ganó con la playera de los Rayos tres títulos de Liga, un Campeón de Campeones, una Recopa de Concacaf y una Copa de Campeones de Concacaf; mientras con Toluca, club que lo vio nacer como profesional únicamente levantó una Copa Mx.

Con este palmarés todo podría indicar que su vida fue color de rosa, pero detrás del futbolista exitoso, existe una historia llena de sacrificios.

El Picas, conocido así por picar a Ricardo Peláez con un alfiler dentro de la cancha durante un duelo entre Toluca y Necaxa recordó que al llegar al Deportivo Toluca supo que una persona podía hacer tres comidas al día, algo que en su hogar no sucedía debido a la pobreza que vivió de niño.

"Mi inicio en el futbol fue desde muy pequeño. En mi barrio en Ciudad Neza donde me formé en la calle, en el barrio donde todos alguna vez empezamos, después tuve la fortuna de que me invitaran a participar en la escuela del Deportivo Toluca en el Deportivo Oceanía dirigida por Luis Gutiérrez, él me llevó a Toluca donde me quedo después de muchas cosas que suceden y corrí con la fortuna de quedarme", expresó el emblemático futbolista de los Rayos, quien continuó con su relato.

"Cuando me fui a Toluca nosotros no teníamos teléfono y se me había olvidado avisarle a mi mamá que ya me había ido. En la casa se hacía una comida más o menos y de cena solo era una bendición y te ibas a dormir. Cuando llegué a Toluca me llevaron a desayunar a las ocho de la mañana, entrenamos a las 10, regresamos, nos dimos un baño. Comimos a las dos de la tarde, luego descanso y la siesta obligatoria y después cenar a las ocho de la noche, entonces eso era para mí algo que nunca me había pasado en la vida, yo no sabía que se podían hacer tres comidas al día. Cuando hablé con mi mamá, espantada me dijo espantada: ¿dónde estás? y le dije que estaba en Toluca. Me dice: ¿estás bien, estás comiendo bien? Le dije, sí mamá, estoy comiendo tres veces al día y me dice: ¿cuándo vas a regresar? Y le dije que ya no porque acá se come muy bien", puntualizó.

Para finalizar, Octavio Becerril señaló que su padre fue pieza fundamental para conseguir su sueño, pues su madre no quería que fuera futbolista.

"Llegué a la casa club muy joven con casi 16 años. Cuando inicio en el futbol, mi padre me marcaba la pauta, él era un guerrero en toda la extensión de la palabra, él amaba el futbol aparte de mantener a su familia. Él era cargador en el mercado de Jamaica y obviamente me tocó ver cómo se ganaba el pan para la familia, pero su pasión era el futbol, le iba a León y ahí empezó mi afición por ser futbolista profesional.

Mi padre generó todo en mí. Cuando empiezo a estar en Toluca, mi mamá no quería que fuera futbolista profesional, que me dedicara a estudiar que el fútbol no me dejaría nada y la convencimos a base de darle abrazos y besos y diciéndole que si en dos años no lograba nada me retiraba y me ponía a estudiar o trabajar, pero que me dejara intentarlo. Mi papá ayudó mucho; nos contó que a él lo invitaron a un equipo de Segunda División en Orizaba y que sus papás no lo dejaron porque tenía que trabajar. Recuerdo que dijo dale la oportunidad y espero que él pueda lograr ser futbolista profesional, luego lo bonito de debutar con el Deportivo Toluca".

DAO

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