Henry Martín está a 90 minutos de convertirse en campeón de goleo de la Liga MX. Un logro que cada vez es más complicado para los delanteros mexicanos. Por ejemplo, solo en los torneos cortos –instaurados en el segundo semestre de 1996– apenas en nueve ocasiones el máximo romperredes fue un futbolista nacional, mientras que 60 correspondió para un atacante extranjero.
Para América también sería especial, pues desde 2011 –con Ángel Reyna– no tiene al campeón de goleo entre sus filas. Por esa razón, Enrique Borja, quien fue tricampeón de goleo en la década de los 70, valora el buen trabajo que ha hecho Henry Martín, sobre todo después de haberse recuperado de un bache futbolístico que por poco provoca su salida del América.
De nueva cuenta un mexicano está cerca de ser campeón de goleo y con América. ¿Cuál es su opinión al respecto?
A mí me da muchísimo gusto por Henry Martín; como él dijo, tocó fondo de un problema fuerte que tuvo, en el que bajó su nivel de juego y que le exigieron mucho; inclusive pensaron que podía salir del equipo y una serie de cosas, pero él se levantó. Me da gusto, primero que nada por él, por su fuerza, por su fe, por su familia, por sus amigos, sus compañeros; y otra vez esa presión que no se convirtió en una losa, sino en un aliciente para que lograra levantarse y que lo convirtió no solo en un goleador, también en un muchacho que está cada vez mejor como capitán de un equipo como es el América.
Usted es un referente histórico, pues como mexicano y en un equipo plagado de extranjeros talentosos, consiguió tres veces el título de goleo. ¿Cómo le hace sentir esto?
Tuve la oportunidad de quedar tres años campeón goleador, pero, sobre todo, lo más importante de que quedas campeón goleador no es lo individual, eso es consecuencia también de que ayudas para que tu equipo quede campeón, para que tu equipo luche por los primeros lugares; eso es lo más importante que tienes que saber, porque tú culminas el esfuerzo de tus compañeros y el tuyo propio.
Y hablando del trabajo en conjunto, ¿quién era su mejor aliado en el campo?
Carlos Reinoso. Yo creo que la mayoría de mis goles lo metí a pase de él, pero teníamos a Borbolla, tuve de compañero a Pepe Valdez; había buenos laterales también mexicanos, traíamos un buen equipo nosotros para poder hacer campeón al equipo.
¿Es difícil conseguir un título de goleo sobre todo en un equipo como el América?
Claro que es difícil, si no, imagínate cualquiera podría ser el goleador; es más, ahorita Henry está luchando por ser campeón y hace cuánto tiempo que un campeón no es mexicano, esas son las estadísticas, pero esas son las circunstancias y bajo estas circunstancias lo tiene que buscar y hacerlo es difícil, porque tú siempre tratas de culminar el esfuerzo de tus compañeros y el tuyo propio, así tienes que estar preparado para lo que es anotar el gol.
Me decían a mí que yo no tenía una técnica depurada, y yo decía ‘bueno eso es lo que algunos piensan’, pero para mí la técnica depurada era culminar los esfuerzos de todos, ser más rápido, ser más inteligente, desmarcarme mejor, correr más rápido, brincar más alto y reaccionar más rápido. Nadie te regala nada, tienes que luchar por todo, siempre alguien te da la oportunidad y siempre tienes compañeros que te apoyan, pero tú tienes que hacer también tu parte.
¿La presión que genera América llega a ser pesada?
Tienes que tomarlo como un reto, como un reto precioso, que gracias a Dios a mí me dio la oportunidad de hacerlo. ¡Qué bueno que te presionan!, porque en lugar de ser una losa, tiene que ser un gran aliciente, claro que es difícil, pero se puede.
¿Qué se siente ser tricampeón de goleo con el América?
Yo sentí hermoso, pero lo más hermoso de ser tres veces campeón goleador fue lo que hice en el segundo campeonato; mandé a hacer trofeos que los puse en la media cancha, no sé si eran 50 o 60 trofeos, y a todos y a cada uno de los que tenían que ver con este logro, empezando desde el señor Azcárraga, pasando por Emilio, y así llegando por mis técnicos, mis compañeros, los utileros, los directivos, al doctor, el masajista, los que cuidaban… a todos les di un trofeo que decía gracias.
Y cuando alzas los ojos y ves arriba, yo soy muy creyente del Sagrado Corazón de la Virgen de Guadalupe y leo pasajes también de Biblia, soy muy creyente desde niño, y solamente levantaba y decía gracias Dios mío; gracias también a mi esposa Sagrario, porque en los momentos más difíciles, cuando las cosas no andaban bien, siempre estaba conmigo y siempre me decía ‘¿te vas a doblar?, ¿cómo crees que te vas a doblar?, tienes que hacer esto y hacer lo otro, dificultades las hay, pero tienes que salir adelante’, me decía.
FCM