Carlos Alberto Rodríguez nunca imaginó que en el año 2012 su vida cambiaría por completo tras echarse una cascarita de futbol; y que, además, sería la última ocasión en que vería rodar el balón con sus ojos. Hace 11 años, el ahora futbolista para ciegos fue atacado por sicarios cuando convivía con sus amigos, después de jugar un partido de futbol en una cancha de sus rumbos, situación que le arrebató la vista, pero no las ilusiones, ya que actualmente pertenece a la Selección Nacional que competirá en el Campeonato Mundial.
“En el 2012 yo venía de jugar futbol en la calle y en una de esas noches, con la delincuencia muy fea en Nuevo León, estábamos comiendo papitas en una esquina, y un grupo de personas pensó que era un punto de droga y ahí valimos: dos chavos murieron y yo perdí la vista; creí que mi vida se había arruinado, ya no tenía ningún sueño, y poco a poco mi familia me fue sacando adelante. Luego cuando me invitaron a jugar me sorprendí de que existiera la categoría para ciegos, sentí que tuve siete años perdidos desde que me quedé sin la vista”, declaró Rodríguez.
No se dio por vencido
Carlos confiesa que entró en un momento de depresión, sin embargo, ahora ya tiene una carrera universitaria y cuenta con una beca deportiva.
“Los primeros años sí fueron como depresión; después mi familia me indicó que tenía que salir adelante y me llevaron a varias Asociaciones y me invitaron a estudiar, ya tengo mi título de programador, programo páginas web, aplicaciones y muchas cosas. Además, ahorita la Universidad Autónoma de Nuevo León me dio una beca deportiva; seguí adelante sin importar la discapacidad que tengo. Allá en Nuevo León me tienen como atleta de alto rendimiento y el Instituto me jaló y me está apoyando para tener esa representación”, dijo.
Seleccionado Nacional
Ahora el jugador es parte del equipo nacional que competirá en el Campeonato Mundial de la Federación Internacional de Deportes para Ciegos (IBSA, por sus siglas en inglés), a celebrarse en Birmingham, Inglaterra, del 18 al 27 de agosto, y el hecho de pertenecer a una selección es algo que disfruta al máximo.
“La verdad es un sueño que por mucho tiempo había querido. Perdí la vista a los 18 años de edad, y siempre veía los partidos de la Selección, jugar en el estadio Azteca, con ídolos como Jared Borgetti, Cuauhtémoc Blanco, incluso alcancé a ver al Chicharito, y era un sueño para mí. Es una bendición muy grande estar en un Mundial, son procesos y día con día estoy trabajando en mi estado para estar al cien por ciento, ya que es un evento muy grande y hay que estar al cien con mi equipo y con el país que represento”, mencionó.
Así, Rodríguez no se rindió y continuó luchando por alcanzar sus metas profesionales y deportivas, por lo que espera ser una persona que inspire a esa gente que pase por una misma situación.
“Yo le diría a la gente que tiene esa misma discapacidad que ya tu vida cambió 180 grados, y que no se rindan. Nosotros mismos nos ponemos las limitaciones, y a pesar de que la gente nos hace menos, nosotros solo no lo debemos de creer, y podemos ser referentes y hasta ser doctor sin importar la discapacidad. El capitán del equipo tiene 47 años de edad, y yo apenas 28, y quiero ser referente, que mucha gente me vea. El sueño que tengan hay que meterle mucha dedicación y no se debe terminar esa hambre de triunfar”, señaló.
Rumbo al Mundial
El equipo mexicano entrena en la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos, donde se prepara para ese Campeonato Mundial que repartirá plazas para los Juegos Paralímpicos de París 2024.
“Lo principal será quedar dentro de los primeros cinco porque prácticamente solo hay tres boletos para el Mundial, pero algunos países que generalmente ocupan los primeros lugares ya están calificados, entonces si quedamos en ese top tendríamos nuestro boleto. Nuestro objetivo y ambición será siempre ser los mejores, buscar estar arriba, y los chicos tienen la mentalidad para estar ahí”, indicó el entrenador Raúl Ortiz.
FCM