A principios de 2025, un escándalo sacudió al futbol mexicano. El club Real Apodaca, de la Liga Premier, anunciaba mediante un comunicado la separación de un grupo de jugadores por estar involucrados en temas de apuestas.
Días más tarde, la Comisión Disciplinaria dio a conocer las sanciones de los seis futbolistas del conjunto regiomontano, uno recibió 16 años de suspensión; otros tres fueron castigados con siete años, mientras que los dos restantes recibieron dos años.
Saúl Ramírez, delantero mexicano quien forma parte del plantel actual, vivió de cerca todo el proceso y aseguró que ahora el equipo ha logrado superar ese trago amargo; sin embargo, reconoció que en su momento fue una situación que los hizo pasar por muchos momentos incómodos.
“Real Apodaca es un equipo que se ha sabido levantar de muchas situaciones complicadas. El primer año fue último lugar de la general en la Liga Premier; el segundo año pasó lo de las apuestas, pero ya ha encontrado un balance y ha sabido ser protagonista. El tema de las apuestas fue complicado porque no solo involucró a los compañeros que estuvieron inmiscuidos, sino a todo el club. En lo personal fue difícil, porque no solo conocidos, también familiares nos decían: ‘Oye, ¿tú estás metido en eso?’. Hasta cierto punto era incómodo porque había gente que dudaba, pero por ahora todo está bien”, comentó en exclusiva con MILENIO-La Afición.
Un equipo unido
El atacante también resaltó los logros deportivos que alcanzaron tras el escándalo.
“El equipo logró sobreponerse a una situación muy compleja. Llegó a semifinales, fue líder general del grupo y logró calificar a Liguilla; por eso digo que es un equipo que ha sabido reponerse a ese tipo de adversidades”.
Ramírez reconoció que, al ser parte del club, tuvo que enfrentar bromas constantes tanto de amigos como de familiares.
“Me tocó con algunos conocidos; no faltaba la bromita de: ‘Ah, seguro le vas a meter’, o ‘¿Cuánto le van a meter hoy a este partido?’. Había comentarios como: ‘¿Cómo van a quedar hoy?, ¿Hoy 2.5?’ o ‘¿Cuánto van a ganar?’. Cosas así, uno se sentía incómodo, raro, porque al final los que hicieron todo eso ya ni siquiera estaban en el equipo”.
Además, no se salvaron de las burlas e insultos por parte de las aficiones rivales cuando les tocaba visitar otra ciudad.
“Nos tocaba ir a jugar de visita y escuchábamos: ‘Ahí van los apostadores’ o ‘¿Cuánto le van a meter hoy?’. Ese tipo de comentarios. Pero con el apoyo de mi familia, de mis amigos y de la gente cercana, me decían: ‘Omite esos comentarios. Ustedes saben que están bien y los que estaban mal ya no están’. Recibí apoyo de mis seres cercanos y de los compañeros que se quedaron; eso fue lo que nos ayudó a salir adelante”.
Había sospechas
Saúl compartió que antes de que el escándalo se hiciera público ya existían sospechas sobre el comportamiento de algunos de sus ex compañeros, aunque nunca hubo pruebas que sustentaran sus dudas.
“Había sospechas, pero es complicado acusar a alguien sin tener pruebas. Sí existían dudas, sobre todo por el rendimiento en los partidos y algunas acciones que se veían. Nosotros convivíamos día a día y sabíamos que no era normal que un jugador actuara así o hiciera ese tipo de cosas, pero nunca hubo una acusación como tal”.
El punto de quiebre se dio durante un partido ante Los Cabos, cuando la situación se volvió evidente en el terreno de juego.
“En un partido contra Los Cabos, que fue cuando detonó todo, se vio muy evidente el accionar de algunos compañeros. Fue la única vez que hubo una confrontación directa de: ‘Oye, tú sí estás apostando’. Curiosamente, al día siguiente salieron las videollamadas y los correos. En el vestidor se armó un pequeño conato de bronca y al día siguiente la directiva tomó cartas en el asunto y se arregló todo”.
Sin apoyo de la Liga Premier
Saúl añadió que, si bien la Liga no esperaba enfrentar una situación de ese tipo, considera que faltó mayor empatía hacia el club.
“Creo que la Liga no se lo esperaba desde un inicio. Fue un golpe muy duro, no solo para la Liga, sino para el futbol mexicano. Lo único que no me gustó es que, lejos de agradecer al club por haber expulsado a los involucrados, porque el club fue el primero en pronunciarse, fue más bien: ‘Si te vuelve a pasar, te desafilio’. Esa es la única manchita que le veo a ese incidente. Después lo supieron sobrellevar, hubo una carpeta de investigación y en esa parte sí apoyaron. No sé si todavía exista un protocolo para este tipo de situaciones, pero en ese sentido hicieron bien su trabajo”.
Sus comienzos
Por otra parte, el Grillo, como es apodado de cariño, aprovechó el espacio para platicar sobre sus inicios en el mundo del futbol.
“Empecé muy chico, a los cuatro o cinco años, en un equipo de mi colonia. Soy de Mérida, Yucatán. A los nueve años llegué a Venados, donde hice prácticamente toda mi carrera. A los 13-14 jugué en Tercera División con Itzaes de Yucatán. Después regresé a Venados y tres años más tarde, llegué a fuerzas básicas de Pumas por invitación de Andrés Lillini e Israel López. Estuve tres años en el club, regresé a Venados y luego jugué en otro equipo de Liga Premier llamado T’ HÓ Mayas, donde nos fue bien, llegamos a la final y fui campeón de goleo. Ahí se me dio la oportunidad de llegar al Real Apodaca y aquí seguimos, gracias a Dios”.
La decisión que cambió su carrera
El atacante tuvo un paso por Pumas, en la era de Andrés Lillini, pero tomó una decisión que cambió el rumbo de su carrera, aunque admite que no se arrepiente.
“Me quedé con la espina de llegar a Primera División. Uno nunca debe arrepentirse de lo que vivió, pero sí queda ese sentimiento. Tomé decisiones; pude haber llegado por mi cuenta porque en Pumas me dieron mucha confianza, pero elegí otro camino”.
Saúl explicó que decidió seguir lo que le dictó su corazón, aunque las cosas no salieran como esperaba.
“Estaba a préstamo en Pumas y quería regresar a Venados, el equipo de mi ciudad y con el que siempre soñé jugar. Soy hincha de Venados. Me ganó la emoción y forcé mi salida. Hablé con Andrés Lillini, él no quería que me fuera; también con el cuerpo técnico de ese entonces, que encabezaba Humberto González. Me apresuré en tomar esa decisión y por eso terminé saliendo de Pumas”.
Henry Martín, un referente
Al hablar de referentes, Ramírez destacó a su paisano, Henry Martín. “Es el mejor futbolista yucateco en la historia de nuestro futbol. Ya jugó un Mundial y es capitán del América en su época dorada. Siempre trato de observar lo que hace en la cancha. A veces le escribo y me responde; hay cercanía. No somos amigos íntimos, pero lo tomo como un ejemplo a seguir”.
Un solo objetivo: llegar a Primera División
Finalmente, Saúl dejó claro que su meta sigue intacta. “Mi objetivo es trascender con el Real Apodaca, buscar cosas importantes y que eso mismo me vaya abriendo el camino. Uno nunca debe tirar la toalla; es algo que me enseñaron mis papás: no dejar de insistir ni de luchar. La meta es llegar a Primera División. Muchos dicen que a los 27 ya es imposible, pero ha habido casos de jugadores que debutan a los 30 o más. No hay una edad para eso. No solo yo, también mis compañeros tenemos ese objetivo y seguirá intacto hasta el último día que nos toque jugar futbol”, concluyó.
FCM