El vuelo 6407 de la aerolínea Iberia aterrizó ocho minutos antes de lo pactado (4:57). La mañana del sábado recibía al nuevo entrenador de Cruz Azul, Paco Jémez, procedente de Madrid y a su espera, más de cincuenta representantes de los medios de comunicación, que hacían fila para las declaraciones del timonel de La Máquina. A la maraña de reporteros se unían los curiosos, personas que pasaban por la Terminal Uno del Aeropuerto, y preguntaban: ¿A quién esperan?, ¿Quién llega, eh?... Algunos se marchaban desilusionados al no ubicar al personaje.
Media hora después del arribo, en documentación apareció la silueta de un hombre fornido, sin cabello, que a lo lejos esperaba, como del otro lado del cristal, lo hacían los medios. Vestía una playera sencilla en color rojo, jeans y traía consigo una mochila negra, además de un par de maletas. Así pasaron los minutos, y Jémez no salía; la tensión aumentaba por el desconcierto. Se especulaba que no hablaría con la prensa, que lo haría hasta este martes, cuando le presenten de manera oficial.
Dieron las 6:15 de la mañana, cuando Jémez comenzó a avanzar. Se le había extraviado una valija, una más de todo su repertorio. Al choque con los micrófonos y las cámaras no pudo evitar la sorpresa, lanzó una sonrisa de incredulidad y trato de ser formal. Al español ya le esperaban, también, representantes de Cruz Azul, que le informaron que sería pertinente que hablara hasta la rueda de prensa oficial, pero aun así, se dio tiempo para un par de palabras.
Los reporteros lanzaron de inmediato preguntas que cualquier aficionado quiere que le respondan con positivismo: '¿Qué piensa de los 19 años de sequía de títulos en Cruz Azul?'; '¿Está preparado para un reto como el que viene?'; '¿Cuál es su principal objetivo en el torneo?'. Y Jémez volvió a la sonrisa del inicio, pero no sin antes pronunciar: "Lo único que puedo decir es que estoy muy ilusionado de llegar a este equipo, con ganas tremendas de ponerme a trabajar; espero acudir mañana (este domingo) a las instalaciones, conocerlas y comenzar a planear la pretemporada".
De Paco Jémez se espera una revolución ofensiva de cara al siguiente torneo. Ese ha sido el toque, la esencia de un futbol que ha desplegado, sin importar las carencias, en equipos como el Rayo Vallecano y hasta el Granada. Ahora, tendrá quizás a la plantilla más competitiva que ha dirigido en su carrera –tiene 10 años como entrenador. Esa es la principal razón de los aficionados celestes para confiar en la capacidad del estratega ibérico: "¿Qué más puedo decir? Es un gran club, y me ilusiona todo al respecto", sentenció mientras se dirigía a una vagoneta que le aguardaba.
Camino al automóvil, se dio tiempo para repartir sus primeras fotografías como entrenador de Cruz Azul, posar para las distintas lentes, y sonreír. Antes de cerrar las puertas de la camioneta, ante más preguntas, Jémez lanzó un nuevo mensaje: "Espero verlos pronto y contarles lo que tengo preparado"... Ha comenzado la era de Paco en La Máquina. No será sencillo. Le aguarda lo más complicado: convencer a un pueblo desesperado por alegrías e impaciente de satisfacciones sobre el campo.