En la historia de Chivas hay un jugador que parecía no tener apodo, ni apellido; su nombre, así en solitario, generaba respeto, ganaba partidos o empataba en esas tardes de mucho trabajo, donde él era la máxima estrella de un equipo.
Oswaldo Sánchez, así de sencillo, era y es ídolo de multitudes y capitán en la Final de Toluca hace ya una década, un 10 de diciembre de 2006. A diez años de esa Final, la del Apertura 06, 'San Oswaldo', como le decía la afición por sus salvadas vistosas, el arquero, en una charla exclusiva con La Afición, externó que él no pidió salir del club tras el campeonato y que no era fácil ese vestidor que ganó el campeonato en Toluca.
"Había mucha ilusión. El camión estaba lleno de optimismo, teníamos la ilusión de que por fin podíamos ganar una Final tan añorada, porque recuerda que habíamos perdido la de Pumas en penaltis y, entonces, ésta era la oportunidad que teníamos, y estaba la mayoría de jugadores que habíamos perdido esa Final; y la situación estaba muy clara, saldríamos del Nemesio Díez con el título".
¿Qué se siente ser campeón con Chivas?
El ser campeón es una sensación indescriptible, espectacular y serlo con Chivas es doblemente, por el arraigo que tiene, era el equipo al que le iba cuando estaba niño, al que me inculcó mi padre, mi abuelo; por eso, para mí fue espectacular, además que yo venía de un suceso muy fuerte, el fallecimiento de mi señor padre, seis meses antes; aparte, era la primera vez que levantaba un trofeo de campeón y para mí fue algo descomunal el levantar la Copa y gritar gracias Dios, por fin me diste esta oportunidad.
¿Qué tan difícil fue ser capitán de un vestidor como el de Chivas en 2006?
En un equipo no hay un solo líder, me parece que está conformado por varios líderes de diferente tipo; uno puede gritar más, otro hacer valer su talento, otro aportar su personalidad, otro puede tener buen trato con el jugador y, a final de cuenta, en ese equipo se alinearon todos esos factores y me tocó la fortuna de levantar la Copa porque yo era el capitán, es una sensación impresionante, pero eso no significa que el que la lleva te importe más; al contrario, fue un gran equipo y yo sigo recordando ese momento con mucho, mucho cariño.
El plantel campeón de 2006 se desmanteló muy rápido, ¿cómo fue tu salida de Chivas?
Yo digo que sí fue rápida la salida, es verdad que fue muy al instante mi transferencia a Santos, y te pongo un ejemplo; de pronto, el jugador a veces no sabes qué es lo que te depara el destino, porque los directivos son los que realmente deciden tu futuro, esa es una realidad, me pasó de esa manera, los detalles no se pueden revelar porque la gente ya los sabe perfectamente, yo estaba feliz en Chivas y, tristemente, o desgraciadamente, decidieron otra cosa y, a la postré, me arraigué en un equipo que me ha tratado bien y en el que pude conseguir cosas importantes. El futbol es así, las cosas se dan sin que el jugador sea tomado en cuenta.
¿Qué tan importante fue la afición en tu paso por Chivas?
Mucho, y les mando mi agradecimiento y gratitud total, pues desde que llegué a Chivas, más allá de que empecé mi carrera en Atlas, y después en América, rivales directos de Chivas, en el Clásico tapatío y nacional, me acogieron de la mejor manera y fui muy feliz en esa etapa con Chivas; a esa afición no la voy a olvidar nunca. Gracias por ese mote de 'San Oswaldo', por esos gritos de 'portero, portero' en aquellos años, que fueron años maravillosos, aún se me enchina la piel, gracias por todo.