Distintos caminos conducen al máximo circuito cuando se trata de convertirse en profesional. Esto lo sabe Rodrigo González, un joven mexicano que se desempeña como defensor central, por ahora, en Venados del Mérida. Sin embargo, su historia esconde ciertos matices a considerar: se formó en el América, pero actualmente pertenece a Pumas, donde podría recalar para el verano y ahora sí, ser considerado dentro del primer equipo.
Rodrigo emprendió el largo viaje hacia el profesionalismo desde 2009, cuando integró la filial Sub 15 de las Águilas con miras a ser un futuro referente... Todo parecía ir viento en popa, pues incluso era considerado para las selecciones con límite de edad; a finales del 2014 salió de la institución, cedido, para ganar experiencia, con Lobos BUAP. Un semestre después retornó a Coapa, para, en el Clausura 2016 emigrar a Mérida, de nuevo a préstamo.
A mediados del año pasado, en una transacción entre Pumas y América, Rodrigo llegó a Ciudad Universitaria, un equipo del que todavía no se enfunda ni la casaca de entrenamiento. En una especie de intercambio por Manuel Pérez, las Águilas concedieron los derechos federativos del novel central. Universidad, ya como responsable del espigado defensor, refrendó un nuevo préstamo con Venados, equipo que dirige Bruno Marioni y que por ahora le brinda titularidad.
La transacción se realizó con sigilo, para no cargar presiones innecesarias sobre Rodrigo y su pasado americanista. Se espera que en el verano reporte bajo la tutela de Paco Palencia y comience, ahora sí, su camino hacia un posible debut al máximo circuito, pero con Pumas, el antagonista del club de su vida, del equipo que le formó y encaminó para convertirse en el profesional que aspira. El futbol tiene muchos caminos.