Las nuevas caras de Puerto Rico fueron un espectáculo aparte en el Clásico Mundial de Beisbol de Guadalajara.
El tercera base Carlos Correa (22 años), el campo corto Francisco Lindor (23) y el segunda base Javier Báez (24) no defraudaron y se echaron encima las esperanzas boricuas en busca del título del WBC.
Entre los tres generaron una gran expectativa tanto a la ofensiva como a la defensiva y no defraudaron.
4 jonrones, 11 carreras, 8 imparables y 14 carreras impulsadas fue la suma del desempeño de este tridente en la primera ronda del Mundial en Jalisco.
Edwin Rodríguez, mánager puertorriqueño, se dijo contento por el desempeño de los tres peloteros, quienes ponen en alto el nombre de su país.
"Lo que todo el mundo esperaba, el talento que sale por los poros a cada uno de ellos, jóvenes, atletas, con mucha energía, comprometidos, cada uno de ellos. Uno busca uno por uno, la primera noche, Carlos Correa, contra Italia Carlos Correa, ese batazo clave de tres carreras, Javier Báez en la segunda noche y defensivamente. O sea, lo que se estaba esperando de ellos, no solamente Puerto Rico, todo el fanático del béisbol, creo que lo disfrutó, lo disfrutó en esta corta serie de tres juegos y ellos se lo disfrutaron también, ellos son fanáticos el uno del otro y ellos disfrutaron estar jugando juntos", dijo.
Sin embargo, conjuntar y hacer carburar a estrellas jóvenes requiere de trabajo y motivación, mismos que Rodríguez atribuye también a sus auxiliares.
"Uno se siente bien orgulloso por la ejecución de los jóvenes y el equipo, dentro y fuera del terreno los muchachos se saben comportar, se respetan donde se encuentran, nos sentimos igual de orgullosos, de la personalidad de esos jóvenes. Cuando me designan dirigente del equipo de Puerto Rico, para mí siempre lo más importante de designar es el cuerpo técnico y había que buscarlo con cuidado. Hay muchas opciones en Puerto Rico, muy buenos coaches, muy buenos entrenadores, pero se pudo rendir un Carlos Delgado y un Juan González y todo el staff de coaches, de entrenadores, que es clave. Cuando se está trabajando con estrellas como Yadier Molina y Carlos Beltrán, necesitas ese tipo de voz, de dirección, donde atletas que ya triunfaron en las Grandes Ligas, cuando hablen a los jugadores, los van a escuchar, ese liderazgo", comentó.
Así, Puerto Rico sueña con llegar a la final dentro de poco más de una semana en el Dodger Stadium de Los Ángeles, impulsado por sus jóvenes figuras y cobijado con un equipo experimentado.