Martín Cauteruccio está tranquilo. El delantero de Cruz Azul se muestra ecuánime luego del hat-trick que le marcó a Santos el martes por la noche y que representó el boleto de La Máquina a las semifinales de la Copa Mx. No se siente con menos presión, es más, afirma que se siente igual que hace unos días, cuando su sequía goleadora aumentaba jornada a jornada.
“Me siento igual porque siempre trabajo de la misma manera, sé lo que puedo dar dentro de la cancha y los goles son la consecuencia del trabajo que se hace dentro de la cancha”, afirma.
Sin embargo, Cauteruccio ha padecido en este primer torneo en el futbol mexicano. Llegó como la principal contratación de Cruz Azul y como el delantero estelar del equipo, pero hasta el momento sus números han estado muy por debajo de lo esperado: cero goles en Liga y cuatro en Copa, pero hasta antes del martes, solo tenía uno en su casillero.
“En cada oportunidad busco anotar, pero como lo dije, los goles son consecuencia del trabajo colectivo que se hace dentro de la cancha. Eso es importante, ponderar siempre la tranquilidad y confiar en el trabajo que se hace día a día, eso en esencia lo que sentimos y algo de lo que estamos convencidos desde el primer día”.
UNA POSICIÓN DIFÍCIL
Martín Cauteruccio engrosa la lista de delanteros a los que se les ha complicado en demasía su primer torneo con La Máquina. Si partimos desde el mejor que ha tenido Cruz Azul en las últimas temporadas, el argentino Emanuel Villa, quien en su primer semestre con el equipo (Apertura 2009) marcó 19 goles, los demás quedan muy rezagados. Es más, el Tito luego de sus primeros nueve juegos con tenía ya 10 tantos en su cuenta; es decir, promediaba más de un gol por juego. El buen nivel de Villa provocó que Cruz Azul no fichara a un centro delantero hasta el Apertura 2011, cuando de último momento contrató a Edixon Perea.
El atacante sudamericano tuvo un paso discreto en la institución, pero en su primer torneo alcanzó a marcar cuatro goles; en sus primeros nueve juegos ya tenía, al menos, dos anotaciones. Para el Clausura 2012, Cruz Azul repatrió a Omar Bravo de la MLS, aunque Enrique Meza lo usó más como extremo que centro delantero, razón por la que apenas pudo marcar tres tantos, y hasta la Jornada 9 se estrenó. El siguiente delantero en llegar fue el argentino Mariano Pavone, para el Apertura 2012.
El Tanque en su primera temporada marcó ocho goles, y hasta la Jornada 9 llevaba solo tres tantos. Para el Clausura 2013 la directiva apostó por Teófilo Gutiérrez. En su única temporada, el colombiano convirtió seis tantos en la Liga y tres más en la Copa; en los primeros nueve juegos de Liga sumaba dos goles.
Para el Clausura 2015, La Máquina decidió renovar por completo su delantera y contrató a Roque Santa Cruz y a Alemao. El primero estuvo la mayor parte del torneo lesionado y después de nueve jornadas no llevaba gol, aunque al final terminó por meter cuatro; en cambio, el brasileño ya llevaba dos tantos, y finalizó con uno más el torneo. En el Apertura 2015, ninguno de estos dos siguieron y llegó Jorge Benítez y Matías Vuoso. El Toro comenzó bien y para la Jornada 9 llevaba cuatro goles, y en total hizo 5; en tanto que el Conejo no se hizo presente hasta la fecha 14 y apenas hizo dos en su primer semestre en México. En el Clausura 2016 llegó Joffre Guerrón, quien tuvo un paso muy gris.
En su primera temporada solo hizo un gol, el cual cayó en la Jornada 6. Al semestre siguiente llegó Jonatan Cristaldo, quien solo convirtió dos anotaciones, la primera en la Jornada 6 y la segunda en la 13. Ahora, Cauteruccio, al menos en la Liga, se mete entre los delanteros con peor productividad del equipo; sin embargo, aún le queda la mitad de la temporada para recomponer el paso.
“Para mí (los goles) es lo que demuestra la tranquilidad y el juego colectivo, tanto yo sabía que tenía que estar tranquilo y el equipo confiaba en lo que podía hacer dentro de la cancha; hay que mantenerse así”, sentenció.