De amplia trayectoria como jugador (3 veces mundialista con la celeste) y multiple campeón internacional con Peñarol y Nacional fue el propulsor de los éxitos de Olimpia en el continente y el Mundo.
El negro asumió el mando del franjeado en 1978, y en su primera temporada logró la primera Libertadores para el Decano (venció a Boca Junior 2-0), rompiendo la hegemonía de Argentina, Brasil y Uruguay en la Copa, repitiendo la formula en 1990 superando a Barcelona de Ecuador (global 3-1).
De la mano de Cubilla llegó la Intercontinental y la interamericana de 1980 y las Recopas Sudamericanas de 1990 y 2003. En el plano local fue campeón en varias temporadas, sumando la particularidad en sus pergaminos de haber dirigido a los dos grandes: Olimpia y Cerro Porteño.
Con la frase “Vengo a ser campeón de América”, el Maestro marcó un antes y un después en el deporte paraguayo.
LAS ANÉCDOTAS:
SIN VERDE. Luis Cubilla tenía una fobia por el color verde, a lo que Francisco Paco Esteche recordó: “Teníamos que jugar una final con Olimpia allá por el 98-99, y venía entrando a la Villa un colectivo verde, y como que a él no le gustaba ese color, no sé porque, tal vez por cábala, ahí mismo paró el colectivo y no entró a la Villa. Tuvo que llamar 4 a 5 taxis para que vayamos al estadio. Y luego ganamos esa final. Es algo que uno recuerda por cómo pasó eso”.
NOCHE DE MIEDO. En el juego Olimpia 1-2 Corinthians del 24 de marzo de 1999 por Copa Libertadores, Luis Cubilla abandonó el juego durante el entretiempo debido a un apagón en el Defensores. A cuadras del estadio se producía la masacre del Marzo Paraguayo, por lo que el Negro ya no apareció en el segundo tiempo.
FRASE DE CABECERA. “La universidad del pobre es el fútbol”, enseñaba el Negro Cubilla. Para el Maestro el compromiso y sacrificio siempre fueron las claves del éxito.