24/04/2024

El debut del "Paraguayo de Oro" y su camino hacia la inmortalidad  

Jueves 07 de Mayo del 2020

El debut del

Un día como hoy, pero de 1934, se producía el debut de Arsenio Erico con la camiseta del Diablo, el Independiente de Avellaneda, con la que se hizo rey y se subió al Olimpo del fútbol.

Un día como hoy, pero de 1934, se producía el debut de Arsenio Erico con la camiseta del Diablo, el Independiente de Avellaneda, con la que se hizo rey y se subió al Olimpo del fútbol.

Según los datos históricos, un 6 de mayo, pero de 1934, el delantero Arsenio Pastor Erico se enfundó por vez primera la camiseta del Independiente de Avellaneda, club que disfrutó de su excepcional talento, desde aquel partido sellado con empate a dos goles contra Boca Juniors.

En esta ciudad compartida con Racing, vestido de rojo, el considerado mejor jugador paraguayo de todos los tiempos se hizo leyenda y escribió con letras doradas su historia en el fútbol argentino donde sigue siendo hasta nuestros días su máximo goleador histórico con 295 goles en 325 partidos.

Erico, cuya carrera inició en 1930 en el club de sus amores, Nacional, pasó a Independiente luego de haber maravillado a la dirigencia del ‘Diablo’ en un partido amistoso. El mencionado cotejo se disputó en una gira por ese país para la Selección de Cruz Roja, con fines de recolección de fondos, desarrollado a poco de estallarse la Guerra del Chaco sostenida por Paraguay contra Bolivia (1932-1935).

Pudo quedarse en los cañadones de la Región Occidental, pero el destino le tenía preparado otro papel protagónico muy lejos de las armas. Llamado para domar la ‘caprichosa’ como nadie, o como pocos, Erico hizo tan buena faena sobre el rectángulo verde, que hasta Argentina le ofreció su manto sagrado, pero nunca se puso la Albiceleste, como tampoco la Albirroja.

Ídolo del mítico Alfredo Di Stéfano, el ex delantero argentino que fue leyenda del Real Madrid, declaró alguna vez su admiración por el Santarín Rojo. “Era un estilista, era diferente. Saltaba como loco, de cabeza era una bestia y tenía una pinta muy buena. Hacía cosas que no hacían los demás”, destacó.

Falleció el 23 de julio de 1977, en Buenos Aires, a los 62 años de edad. El Libertadores de América le dio nombre a una parte de su tribuna como un homenaje eterno a su gran contribución, mientras que actualmente sus restos descansan en el estadio Defensores del Chaco.

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