05/11/2024

Juan Reynoso, el técnico que debe irse, por Miguel Villegas

Sábado 03 de Junio del 2017

Juan Reynoso, el técnico que debe irse, por Miguel Villegas

Quizá pierda todas las encuestas de popularidad, pero hay otros números que lo respaldan: en tres años con Melgar, Reynoso lo puso en tres finales, ganó un título nacional y dos torneos cortos.

Quizá pierda todas las encuestas de popularidad, pero hay otros números que lo respaldan: en tres años con Melgar, Reynoso lo puso en tres finales, ganó un título nacional y dos torneos cortos.

Los entrenadores peruanos también sueñan con el extranjero. No es un anhelo exclusivo del ‘9’ o un back. También organizan sus comandos de acuerdo con los rigores de hoy. También preguntan por opciones a sus agentes. Se llamen Mosquera, Franco, Uribe o Juan Reynoso –y lo nieguen–, también miran Fox.


El último título de Melgar –como la última Copa Libertadores– prueba los límites a los que está sometido un entrenador en el medio: aquí, ante Comerciantes, Aurich o la ‘U’, basta preparar un plantel con inteligencia –soldados y un par de generales–, convencerlos de una idea para jugar de local y visita, y garantizar con el preparador físico niveles de agresividad y potencia por encima del promedio –no mucho, poco nomás– para salir campeón nacional. Se trata de hacer correr a tu ‘bolocho’. Le pasó a Comizzo, a Ahmed, a Mosquera, a Reynoso, por citar a los últimos campeones. Ese es su mérito. Más o menos intensos, débiles ante la lírica o pragmáticos, sus equipos llegaron campeones a diciembre. Pero afuera es otra cosa: los que aquí corren, allá gatean.

De ellos, el Caso Reynoso es el que más polariza. Quizá pierda todas las encuestas de popularidad, pero hay otros números que lo respaldan: en tres años con Melgar, Reynoso lo puso en tres finales, ganó un título nacional y dos torneos cortos. Su influencia en Arequipa es futbolística, pero también sociológica: antes de él –y después del ‘Chivo’ Neyra– Melgar había dejado de existir en el mapa peruano, es decir, era un equipo de media tabla, bajo presupuesto y estadios vacíos. No era noticia ni para los arequipeños. Encima, el conocido en el cable era Cienciano, el rival regional del Cusco, el campeón que acabó con River y Boca y que, pese a malgastar sus millones en ganancias, tenía otra fama, distinto respeto y sí jugaba finales.

Hoy, después de la eliminación en la Copa Libertadores y el título de verano, y cuando ya se cumplen tres años de proyecto, Juan Reynoso está en el momento más difícil de su carrera: dejar de ser el técnico peruano más exitoso en casa para ratificarlo afuera, allá donde no existimos y donde la influencia de técnicos locales –salvo Mosquera y ahora Uribe– es breve. Y aunque este no parece ser un buen momento para irse, y en el extranjero pertenece al target de los goleados clubes del Perú, el plan de Reynoso no puede limitarse a ser solo el primero de su país. Por eso ahora hay que salir y probar lo que en su día ya probó como jugador en México, donde su nombre es una marca: se puede ser campeón aquí y allá. En el Perú y afuera. Pocos entrenadores como Reynoso están obligados a hacerlo.

Ver noticia en El Comercio: DT

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