18/05/2024

"El ojo del ‘Tigre’", por Guillermo Oshiro [OPINIÓN]

Miercoles 28 de Junio del 2017

"Desde ya debemos imaginarnos que el ‘9’ elegido tendrá otras características y no jugará con el peso de ser el salvador del equipo"

"Desde ya debemos imaginarnos que el ‘9’ elegido tendrá otras características y no jugará con el peso de ser el salvador del equipo"

En boca de Ricardo Gareca la frase no suena a desliz, parece verdad. Con ese dejo que desnuda su argentinidad, el técnico de la selección peruana le imprime a la cadencia de sus palabras una gran dosis de convencimiento que tranquiliza al hincha más inquieto. Ha dicho que para reemplazar a Paolo Guerrero ante Bolivia, por la fecha 15 de las Eliminatorias, tiene hasta ocho delanteros detectados para cumplir esa función de ‘9’. Aunque suene demasiado exagerado, la credibilidad ganada con su trabajo al menos nos obliga a darle cierto crédito al ojo del ‘Tigre’.

Si recurrimos a una ayuda memoria para comprobar si efectivamente tenemos tantos jugadores para ese puesto, podríamos citar a varios con pasado en selección, aunque ninguno tiene hoy la eficacia ni la trascendencia del atacante del Flamengo. Por ende, desde ya debemos imaginarnos que el ‘9’ elegido tendrá otras características y no jugará con el peso de ser el salvador del equipo en un partido que la necesidad obliga a ganar.

Según el paladar del entrenador puesto en evidencia en sus últimas convocatorias, el primero que asoma como principal aspirante es Raúl Ruidíaz. El atacante del Morelia debería tener el puesto asegurado salvo lesión de último momento. Es el candidato natural, como ha sucedido en todo el segundo tramo del proceso de Gareca incluso jugando al lado de Guerrero.

La segunda carta sería una apuesta innovadora: “André Carrillo podría hacer una función similar”, adelantó el propio técnico. Ello requeriría de más trabajo, puesto que no es la habitual función del extremo del Benfica.

Un escalón más abajo figuran los que alguna vez estuvieron en la consideración del estratega argentino, como Beto da Silva, Iván Bulos, Irven Ávila, Diego Mayora, Daniel Chávez, Yordy Reyna, Alexander Succar y Jefferson Farfán. Ninguno de ellos pertenece al grupo armado tras la Copa América Centenario por diversos factores y todos deben jugarse su convocatoria con rendimiento, no con su pasado en la selección. Sus cupos dependen “del momento” por el que atraviesen de aquí al 31 de agosto. En esa línea, una debilidad del ‘Tigre’ es Da Silva por juventud y proyección. Sin embargo, Beto no ha tenido continuidad en Gremio por una lesión.

Otro que siempre será un candidato eterno mientras esté ausente es Farfán, quien divide a la opinión cuando de su posible convocatoria se trata. Pero su caso no parece pasar por un tema exclusivamente futbolístico. Más allá de su nivel siempre quedan dudas sobre su condición de jugador convocable porque, al igual que Claudio Pizarro, Gareca siempre dice tener las puertas de la Videna abiertas para cualquiera, aunque es evidente que con él hay otras consideraciones que lo alejan de la selección.

Más allá de la pequeña exageración del técnico, no necesitamos a ocho delanteros para reemplazar a Paolo, solo requerimos de uno en plenitud que pueda potenciarse de la mano de Gareca, como alguna vez lo hicieron Christian Cueva, Miguel Trauco o Renato Tapia. Solo necesitamos de un ‘9’ para completar el once. El resto del equipo lo recitamos de memoria: Pedro Gallese; Luis Advíncula, Christian Ramos, Alberto Rodríguez, Trauco; Pedro Aquino (en reemplazo del otro suspendido, Tapia), Yoshimar Yotún; Carrillo, Cueva y Edison Flores. Ese es el gran mérito de este proceso, una selección armada que sale de memoria. En el ojo del ‘Tigre’ seguimos confiando.

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