“No hay que condenarlo y tampoco estigmatizarlo”, dice la carta de Mariano Soso en apoyo a Luciano Perdomo, el jugador de Gimnasia y Esgrima de La Plata recientemente sancionado en Argentina por dopaje. El texto fue atendido por casi todos los medios de este país. Ya las miradas están sobre el ex técnico de Cristal. Desde el centro de La Plata, Soso reconoce que aún reproduce el video de despedida que le editaron en el club celeste con la canción “Motivos” de Abel Pintos. Eso es lo que ha encontrado este rosarino diez meses después con Gimnasia. Sonríe y tiene energía. Ha ganado otra vez muchos motivos.
—¿Llegó el tiempo de la calma en la carrera de Mariano Soso en Gimnasia y Esgrima?
Esta es una etapa nueva después de mis cuatro años en el Perú. El proyecto de Gimnasia fue muy atractivo, pude tomarme un tiempo para revisar qué versión pude demostrar como entrenador en el fútbol peruano. Siento que voy adaptándome y es un proceso de crecimiento que es inacabable.
—¿Conservas las mismas ideas que compartiste el día que te fuiste del club?
En ese momento pude compartir con el hincha, el plantel de futbolista y el medio peruano los argumentos que me acompañaban y que sostengo hasta el día de hoy. Un entrenador debe tener el deseo, la vitalidad, por una cuestión de honradez, ante la tarea que desarrolla. Sentí que ese ciclo estaba realizado y pude hacerme cargo de eso.
—¿Volverías al Perú en el corto o mediano plazo?
Reconozco que no he proyectado mi carrera. Me he ido construyendo con el tiempo y evaluando propuestas que fueron surgiendo. El fútbol peruano me brindó una plataforma de crecimiento por lo cual voy a estar agradecido eternamente. Es una tierra que aprendí a querer. Mi futuro inmediato no se encuentra allí, pero jamás podría negarme la posibilidad de regresar desde un lugar distinto y siendo otro entrenador.
—¿Estás pendiente del momento difícil que vive Sporting Cristal, hasta con rumores de una posible venta?
Mi vínculo con el club siempre será deportivo, desconozco las cuestiones políticas y no puedo abrir juicio. Reconozco que Cristal supo instalarse como un club modelo y difícilmente creo que esa construcción se descomponga. Esta es más una expresión de deseo, pero el club hasta tiene un aporte para el presente de la selección peruana.
—¿Cómo te sentiste al saber que la Comisión de Fútbol en Cristal fue desactivada?
Bueno, son personas que han tenido que ver con mi contratación y que responden a una integridad como sujetos principalmente, y muy criteriosos en el marco de lo deportivo. Desconozco el motivo de esta desvinculación. Lo lamento mucho.
—¿Fue una buena escuela para ti el fútbol peruano?
Es un medio generoso en el mejor sentido de la palabra, con futbolistas extraordinarios para gestionarlos. Esa técnica depurada y la disposición para explorar otro juego que tiene más que ver con el espacio, más dinamismo e intensidad. Y esa capacidad que nos da a los entrenadores para adaptarnos al medio.
—¿En Gimnasia vives menos la presión del resultado inmediato?
Sí, fue una consideración preliminar a la toma del proyecto. Vengo de una experiencia donde los objetivos institucionales eran promover juveniles, pero principalmente Cristal persigue el objetivo de trascender en una Copa Libertadores y alcanzar el título nacional. Ahora estoy frente a un proyecto que no responde a esos objetivos. Los dirigentes de Gimnasia se han propuesto refundar el club desde el marco institucional y eso comprende también lo deportivo. Igual el fútbol argentino es muy exigente y no se exime del exitismo que hay.
—Tendrás tiempo para desarrollar íntegramente tu filosofía de juego.
Dentro de las metas más claras está ese darle al equipo una identidad de juego que responda a un Gimnasia sin complejos, que pueda disputar los partidos de igual a igual y contemplando el carácter ofensivo que a mí me atraviesa y me identifica como entrenador. Ya en este inicio del torneo hemos podido mostrar algunos rasgos de eso aunque esto no se represente en el marco de lo numérico y resultados.
—¿Te ganó la nostalgia en medio de tantos reencuentros con gente del Perú?
Eduardo Galeano dice que ‘recordar’ viene del latín y quiere decir ‘volver a pasar por el corazón’. Con él aprendí a leer, y sí me ha pasado eso con Perú viniendo a jugar a mi tierra. He recordado más de la cuenta.
—Cerraste completamente la puerta aquella vez que te fuiste...
Fue saludable desmarcarme de ese lugar, con un recuerdo muy feliz. Conservo muy buenos vínculos, y es cierto que no he vuelto al Perú. Y seguro eso demorará un tiempo más.
—De los jugadores que tuviste en Cristal, ¿crees que Yotún es el más gravitante en esta selección?
Yoshi responde a lo que no es mirado y debe ser mirado en el fútbol. Para mí, Yotún es un futbolista moderno, tiene mixtura en los fundamentos defensivos y la capacidad de construir juego. Es un futbolista de mi agrado, de mi gusto, y uno siempre quisiera contar con alguien como él en un plantel.
—¿Se ha revalorizado el proceso de Sub 20 de Daniel Ahmed en el 2013 con tantos jugadores de esa etapa hoy en mayores?
Eso también merece ser visto, hay cimientos allí, un gran aporte de ese proceso y una federación que confió en un profesional extremadamente capaz, transformador y revolucionario para el fútbol peruano. Esto enseña también que el tiempo es una plataforma de desarrollo. Es un especialista de élite en el rubro de formación que trabaja. Si tuviera incidencia en la toma de decisiones, le amplío el contrato.
—¿Te sentiste poco valorado alguna vez en el Perú?
Un entrenador busca conmover al grupo de futbolistas, que ellos puedan hacer propia la idea y llevarla al campo con una convicción hasta que se derrame en la gente. Pero respecto a la opinión de los medios, me he podido desmarcar de esa mirada ajena. El seleccionado peruano es un fiel reflejo de eso también, supo construir una imagen interna muy fuerte. A pesar de la demanda, de las críticas y de la desaprobación. La fortaleza está allí.
—¿Cuál ha sido el principal mérito de Gareca con la selección?
En primer lugar, creo que su conquista mayor es el efecto que logró en la sociedad en su conjunto. Con la selección ha instalado la esperanza de lo posible, obvio que hay un objetivo deportivo que se persigue. Supo abrazar las raíces del fútbol peruano y complementarlo con un fútbol más dinámico. Por consecuencia, se construyó un equipo sin complejos. Perú reconoció sus capacidades y limitaciones, supo abreviar la diferencia existente con otros seleccionados. Se le imprimió un carácter al equipo que merece ser señalado. A Gareca y a su cuerpo técnico los encuentro en esta frase que no me pertenece, pero la tomé como propia hace algunos años: “Cuando escriban la vida los buenos, al final vencedores, se sabrá que no usamos veneno como aroma de flores”.