La noticia golpeó duro en la Videna. Paolo Guerrero es más que el capitán: es el jugador más influyente de la campaña con 6 tantos, participación en un séptimo decisivo ante Colombia y tres asistencias durante las Eliminatorias. Es la pieza que completa el sistema base de Ricardo Gareca, el 4-2-3-1. Quedarnos sin su aporte deja un vacío que a primera vista podría ser llenado por estos dos candidatos: Jefferson Farfán y Raúl Ruidíaz.
Ambos de estatura más pequeña que Paolo, proponen claramente otro juego, uno más de ras de piso y mayor asociación. Farfán, del Locomotiv ruso, volantea más y ofrece diagonales llenas de peligro. Ruidíaz, del Morelia mexicano, es más de área y alguito más dependiente de sus asistidores. Hoy por hoy no hay clara ventaja para ninguno.
Fuera de los dos nombres cantados, hay otros tres candidatos a ser citados por Ricardo Gareca en las próximas horas. Los tres cuentan con visa para ir a Nueva Zelanda.
El primero es Beto da Silva, una torre de metro 85 que puede jugar de extremo, pero también de ‘9’ grande. Al comando técnico le gusta, pero su poca continuidad en Gremio le pasaba factura. Su llamado sería lógico. Más si tomamos en cuenta que necesitamos una variante alta para la posición.
El segundo es Yordy Reyna. El jugador de la MLS ya fue citado ante Argentina y Colombia. En teoría aporta gambeta, disparo de fuera y buena definición. Su momento goleador más recordado fue en el Sub 20 del 2013. En mayores, hay que decirlo, no ha repetido una actuación parecida.
La última carta no ha sido citado últimamente y se trata de Alexander Succar. No es el típico pivot sino un atacante de juego que tiene un aceptable juego aéreo. De hecho, destaca seguido en la San Martín. Él no estuvo entre los 40 citados para el proceso de visa, pero ya tienen el documento pues posee nacionalidad estadounidense.
Ninguno de los cinco es Paolo Guerrero, pero cartas tiene Gareca. Es cuestión de decidirse a usarlas.