Kenyi Peña Andrade
Las opiniones de Germán Leguía nunca pasan desapercibidas. Sus declaraciones gustan o incomodan, no hay medias tintas. No obstante, su currículo que incluye haber jugado dos mundiales con Perú (Argentina 1978 y España 1982) y la relación de hermandad que mantiene con Ricardo Gareca lo convierten en una voz autorizada para hablar de la selección, sus posibilidades frente a Nueva Zelanda por el repechaje y el momento complicado que vive Paolo Guerrero.
— A pesar de que no se inició bien el proceso siempre mostró su apoyo a Ricardo Gareca. ¿Por qué?
Porque trabajé con él en Universitario en el 2007. Recién entraba como gerente deportivo y Omar Jorge me lo recomendó. Aparte, recuerdo que lo enfrenté en 1981 y desde ahí siempre hablaba maravillas del fútbol peruano. Gareca no tenía mucho cartel y casi me matan por llevarlo a la ‘U’.
— ¿Cuándo se dio cuenta de que Gareca era un gran técnico?
Fue cuando citó a Mayer Candelo y sacó del equipo a Johan Fano, que era el goleador en ese entonces. Me quedé asombrado con la autoridad que impuso desde el principio. Candelo no fue titular indiscutible ese año, pues les dio la confianza a Donny Neyra y a Roberto Jiménez, quienes estuvieron entre los máximos anotadores de ese torneo. Ricardo es un técnico con convicción.
— Suele juntarse seguido con Gareca a tomar un café. ¿Cómo se encuentra a pocos días del repechaje?
Se encuentra igual que siempre. Me comentó lo de un banderazo, en el cual la hinchada se había quedado hasta la 1 a.m. alentando, y los jugadores no descansaron muy bien, pero estaba feliz por encima de todo. Tiene una paciencia increíble, pero he visto también cuando se enfada y es bravo. Una vez lo encontré renegando en la Videna, pero apenas me vio me abrazó y me sonrió. Tiene un gran manejo de las emociones.
— ¿Cuál es la mayor virtud de Gareca?
Es muy directo, te dice las cosas en la cara. Él me dijo: “Cualquier jugador que quiera saber por qué no lo convoco, puede venir y se lo digo sin problema”.
— Respecto a Nueva Zelanda, hay personas que la respetan mucho y otros que creen que ganaremos sin despeinarnos. ¿Cuál es su postura?
Aprendí de Gareca a respetar a todos los equipos. Lo he visto preparar partidos ante equipos como CNI de Iquitos como si fuéramos a jugar la Copa Libertadores. Por algo Nueva Zelanda llegó al repechaje, hay que respetarlo.
— ¿Basta solo con poner la pelota al piso para ganarle a Nueva Zelanda?
Deben seguir corriendo como lo están haciendo. Hay que recuperar rápido el balón, porque si ellos la tienen mucho nos pueden matar con los pelotazos.
— Haremos dos viajes de 14 horas cada uno en este repechaje. ¿Cómo se hace para minimizar el trajín?
Deben descansar bien y hacer caso a todo lo que les digan el nutricionista y el médico. Al menos ahora cuentan con un chárter, nosotros viajábamos en clase económica y durante 16 horas seguidas. Sin embargo, amaba el fútbol y solo el hecho de llegar, saber que estarían la hinchada y los periodistas, minimizaba cualquier síntoma de cansancio. No importan las 14 horas si llegas al Mundial. Solano me dijo una vez: “Tío, yo le doy todos mis títulos y mi dinero por jugar una Copa del Mundo”.
— ¿La disciplina fue un factor importante en este grupo?
Definitivamente, sí. No hay futbolista que no esté propenso a cometer indisciplinas. Casos así ocurrieron en Brasil, Chile y en todas partes del mundo. Pero siempre hay que poner la disciplina por encima de todo y evitar cometer errores.
— ¿Algún jugador que lo haya sorprendido de este seleccionado?
Aldo Corzo y Yoshimar Yotún. Aldo siempre me pareció un jugador interesante, pero creía que le faltaban muchas cosas para jugar en la selección. No obstante, ahora lo ves y notas que creció mucho, tiene una concentración increíble y cumple a cabalidad lo que le piden tácticamente. Lo de ‘Yoshi’ es espectacular, siempre tuvo una técnica increíble, solo faltaba darle confianza.
— Hablemos de los que no están: Callens, Benavente, Zambrano y Pizarro.
Ricardo no convoca a Callens porque lo tiene fijado como lateral y esa zona está cubierta. Además, no le agrada que los jugadores exijan su convocatoria públicamente. La presencia de Benavente era intermitente porque jugaba en el Real Madrid Castilla, y ahora sufre para regresar a la selección porque hay otros. Zambrano no está por sus expulsiones constantes. En el caso de Pizarro, tuvo que elegir entre él y Guerrero como jefe de grupo. Eligió al segundo. El grupo veía como líder a Paolo antes que a Claudio.
— ¿Qué opinión tiene sobre lo acontecido con Paolo Guerrero en los últimos días?
Mucha gente se me va a venir encima, pero eso está manipulado. Hay 380 exámenes en las eliminatorias y no creo que sea por un medicamento. Hay mucha especulación de parte de la FIFA. Para colmo, la información la suelta un periodista argentino y se van a demorar 30 días más en encontrar la sustancia. Eso se pudo hacer algunos años, pero ahora no hay forma. En el fútbol no existen las casualidades.
— ¿Gareca cambiará de libreto sin Guerrero?
El equipo seguirá jugando a lo mismo. Gareca no cambia y acostumbró nuevamente al futbolista peruano a jugar con su estilo sin importar el rival que esté al frente y sea de local o visitante, siempre con la pelota al piso.
— ¿Quién debe reemplazar a Paolo en el once?
Raúl Ruidíaz lo puede hacer muy bien, pero la experiencia de Guerrero debe ser sustituida por la de Jefferson Farfán, quien es además muy querido y respetado por este grupo. Y la jerarquía no la ha perdido.
— ¿Qué le diría a Paolo si lo tuviera al frente?
Que tenga fe de que va a estar en el Mundial. Me alegran las muestras de cariño de la gente en estos días. Esas expresiones de afecto no las tuvo nadie en este país y seguramente lo está valorando mucho. Ese mismo sentimiento lo tenemos todos.