Con la selección peruana asfixiada por la amenaza de una eliminación mundialista, Paolo Guerrero improvisó un respirador artificial en ese disparo de tiro libre que desvío el arquero Ospina. Era un tiro indirecto y solo la mano del colombiano le dio milagrosa validez para salvarnos el alma. Perú estuvo eliminado durante 75 minutos y Paolo revivió las oportunidades. Salvó el corazón de 30 millones de peruanos. Ahora tiene un tiempo suplementario para salvarse él. Tendrá que ser igual de preciso como en ese remate. Y, aunque cueste decirlo, igual de milagroso.
Después de tanta adversidad con la sanción por dar positivo en un control antidopaje, a Paolo le tocará jugársela con sus mejores argumentos de defensa y esperar que las circunstancias (y los tiempos) jueguen a su favor. Si bien aún vivimos la resaca de la clasificación en pleno diciembre, los plazos para nuestro capitán están al límite si todavía quiere cumplir su gran sueño mundialista en Rusia 2018.
Entre hoy y mañana, la defensa de Paolo Guerrero deberá presentar la apelación ante el comité respectivo en la FIFA. Después de ese trámite, la situación del goleador nacional entrará en un largo proceso de espera. El especialista legal-deportivo Johnny Baldovino, en entrevista concedida hoy a “El Comercio”, explicó que los abogados podrán recibir respuesta a fines de enero y que, si no quedan conformes con lo que se resuelva, podrán acudir al TAS en un proceso que recién podría culminar en abril.
A Paolo Guerrero tendríamos que esperarlo con certezas de un posible retorno al fútbol activo en abril. Para ese entonces, solo faltará un mes para la convocatoria mundialista final de Ricardo Gareca, en que solo se puede contemplar el llamado de jugadores habilitados. Será como anotar un gol en los últimos minutos. Será como ese tiro libre en el arco de Colombia.
“Solo tomé un anís en el Perú y un té con limón en Argentina”, explicó Paolo en entrevista dominical transmitida por Rede Globo. Queda claro que ese seguirá siendo su argumento ante la segunda instancia de la FIFA (diciembre-enero) y ante el TAS (desde febrero a abril). Lo positivo dentro de la sanción recibida por el ‘9’ es que a Guerrero lo han liberado de dos temas graves (que podrían haber determinado un castigo hasta de 4 años): se ha comprobado que no es un consumidor de drogas y que no se dopó intencionalmente para sacar alguna ventaja deportiva en el partido ante Argentina por Eliminatorias.
¿Y por qué le dieron un año entonces? Pues para la FIFA también se castiga la negligencia, así no sea la sanción más severa, y esa será la gran tarea de los abogados de Guerrero: probar que ni siquiera descuido hubo. Será casi un conejo de la galera, un milagro después de octubre. Convencer a las instancias que resten, que tampoco hubo negligencia o distracción. Solo así se reducirá la suspensión deportiva y tendremos al equipo completo en Rusia.
Esta semana tendremos las últimas informaciones sobre el caso de Paolo Guerrero. Culmina la apelación y podremos decir que esa historia se cierra, temporalmente, por este 2017. Todo lo demás que se comente solo serán buenos deseos.