El subcampeón de la pasada Copa Libertadores, el Lanús, se estrenó hoy con triunfo por 4-2 en la Copa Sudamericana en un duelo loco ante el Sporting Cristal, que cedió el cuarto gol a cinco minutos del final con un cabezazo del recién ingresado Di Renzo.
La ida de la eliminatoria de primera fase en 'La Fortaleza' de Lanús vivió seis tantos y atravesó momentos de descontrol táctico, con dominio granate pero con un Sporting Cristal combativo que encontró vida en dos errores locales que le dan esperanzas para lograr la sorpresa el 7 de marzo en Lima.
Lanús, que jugaba su primer choque internacional desde la vuelta de la final de Libertadores que perdió ante el Gremio brasileño, solo necesitó un par de jugadas bien trenzadas para engrasar la maquinaria, ganar confianza y cocinar un gol exprés que llegó en el minuto 15.
Un fantástico tacón de Lodico eliminó a varios rivales y dejó a Lautaro Acosta con la banda izquierda libre para entrar en el área sin oposición.
El ex de Boca Juniors, la estrella de la noche, puso un centro a media altura ideal para Vides, que se adelantó a los centrales y apareció en área pequeña para rematar a gol.
Sporting Cristal respondió rápido, en su primer acercamiento del partido gracias a un grave error del guardameta local, Esteban Andrada, en el minuto 22.
En vez de dar un balonazo canónico cuando le llegó un balón comprometido desde la defensa, Andrada despejó raso a la frontal del área, donde aguardaba un jugador celeste que la devolvió al punto penalti.
Herrera recibió, protegió el balón de un defensor, dio media vuelta y puso el empate en el marcador.
Los argentinos siguieron a su ritmo y con Lautaro Acosta a la cabeza percutieron con inteligencia por el lado más débil de la zaga del Sporting Cristal, por donde ya habían anotado el primero.
Por el costado derecho, defendido por un distraído Madrid, llegaron dos tantos en menos de cinco minutos fantásticos de los locales.
En el 28, una buena combinación al primer toque entre varios jugadores del granate acabó con una elegante vaselina de Acosta ante la salida de Álvarez, después de una asistencia precisa de Lodico.
Lanús seguía activo y apenas tres minutos después, en el 31, un nuevo pase filtrado desde el centro del campo superó la espalda de Madrid, que cometió penalti sobre Acosta, quien le superó durante toda la primera mitad.
Silva transformó la pena máxima con un disparo poco ortodoxo -dio un salto exagerado en el paso previo al remate-, que Álvarez adivinó pero sin llegar a atrapar.
El encuentro, que parecía controlado por Lanús al descanso, se revolucionó en la reanudación con otro penalti infantil, esta vez en el área local, cuando Marcone arrolló con las dos piernas por delante al visitante Gabriel Costa.
Con el amparo de aquella ley de patio de escuela, Costa la agarró él mismo y le pegó con rabia para acortar distancias de nuevo y dar emoción al duelo.
Aunque quedaban casi cien minutos por jugar en el cruce, la eliminatoria se volvió loca desde el segundo gol limeño y los espacios se ampliaron, con varias ocasiones para ambos equipos.
Al filo del final, el joven Di Renzo, apenas 15 segundos después de entrar al campo, remató un córner en el segundo palo para que la hinchada de Lanús respirase más tranquila, con un 4-2 que les dio una ventaja holgada, en cambio de un 3-2 que Sporting de Cristal ya casi celebraba como bueno.