Atlético Tucumán lo ha hecho de nuevo. Estuvo a la altura de los 3.600 metros de La Paz y se aferró a un triunfo de los que ya conoce en competencias internacionales. Un grito milagroso cuando parecía que The Strongest se quedaría con el premio grande y dejaría a los de Ricardo Zielinski en la cornisa del Grupo B.
Pero a los tucumanos, que venían de dos derrotas, frente a Libertad y Peñarol, nunca hay que darlos por perdidos. Otra vez llegó el salvador. Después de un par de atajadas milagrosas de Augusto Batalla y del palo derecho puntual para evitar la derrota.
El triunfo es histórico y así lo demuestran las estadísticas. Desde 1970 que un equipo argentino no ganaba en La Paz: fue un triunfo de River 2-0 a Universitario, el 1 de marzo con goles de Juan Carlos Trebucq y Enzo Gennoni
Ahora los tucumanos suman tres puntos y se animan a soñar con avanzar a octavos de final. Sí, Atlético Tucumán lo ha hecho de nuevo.
Atlético sabía que la misión no era fácil: no le quedaba otra que sumar de visitante y lo esperaban The Strongest y sobre todo los 3.600 metros de altura que alteran cualquier plan.
Pero el equipo de Ricardo Zielinski les dio a los bolivianos de su propia medicina y se abrió la cuenta con un bombazo fenomenal de Nicolás Romat a los 11 minutos. El defensor cruzó la mitad de la cancha y como no le salía nadie a marcar se animó. Su remate desde 40 metros fue un teledirigido al ángulo superior derecho del arquero José Peñarrieta.
Desde ese momento, el equipo tucumano se dedicó a aguantar atrás y apostar a alguna contra aislada. Tuvo su chance con un derechazo potente de Alejandro Melo que sacó el arquero y con otro disparo mordido del Pulga Rodríguez que no llegó a destino.
Pero tanto lo arrinconó The Strongest que alcanzó su merecido premio. A los 38 minutos, llegó el córner desde la derecha hacia el segundo palo, la bajaron al medio y apareció Edis Ibargüen para empujarla al 1-1.
En el segundo tiempo, Atlético Tucumán sintió el desgaste físico y ya ni siquiera parecía cerca de conectar dos pases seguidos para salir lanzados de contraataque.
Todo era del local. Y Augusto Batalla empezaba a ser figura con una atajada sensacional ante un cabezazo de Marvin Bejarano desde el área chica y pique que logró sacar el ex arquero de River con una estirada justa.
Y luego fue el palo derecho el que salvó dos veces al equipo argentino: primero en un tiro libre a colocar de Fernando Marteli que se estrelló en el poste y luego en un cabezazo de Ibargüen que nuevamente hizo temblar el arco visitante.
Pero el fútbol no tiene lógica. Y los de Zielinski aprovecharon un error defensivo para pegar el grito grande en La Paz. Ya están acostumbrados a hazañas coperas. Y lo han hecho de nuevo.
Un pelotazo largo que parecía no llevar peligro a la defensa local se encontró con un rechazo malogrado de Juan Gabriel Valverde. El zaguero cabeceó hacia arriba en lugar de para adelante y se la sirvió a Favio Alvarez, cara a cara con el arquero.
El volante que había entrado en el complemento la tiró bien de emboquillada pero, tras el pique, la pelota dio en el travesaño y volvió hacia el área chica. Y ahí sí. Basta de misterio. La empujó de cabeza al gol Javier Toledo. Y Atlético Tucumán sigue soñando en la Libertadores.