21/11/2024

Un naufragio en Santos que dejó una herida muy grande

Miercoles 25 de Abril del 2018

Un naufragio en Santos que dejó una herida muy grande

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Martín Cabrera
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Sao Paulo

Enviados Especiales

Estudiantes, Lucas Bernardi y todo el plantel tocaron fondo en Brasil. Anoche, por la cuarta fecha de la Copa Libertadores, perdió 2-0 en un partido que dejó todavía más a la vista que el ciclo está herido…¿de muerte?

La derrota, clara y sin discusión, lo dejó muy mal parado en la Copa, ya que para clasificar a octavos de final deberá ganar en la altura de Cuzco, algo que le cuesta a los mejores equipos, mucho más a este Estudiantes. Aún así, con este panorama sombrío, todavía sigue dependiendo de sí mismo.

El equipo estuvo mal parado, no tuvo reacción en la adversidad y ni siquiera con los cambios pudo mostrarse sólido y sabiendo a qué jugaba. Fallos del técnico y de la mayoría de los jugadores.

En el primer tiempo Estudiantes la pasó mal de principio a fin. Ya a los dos minutos Gabriel estrelló un remate en el travesaño, luego de una jugada iniciada por la derecha por Dodó, que tuvo dos firuletes, un taco y una definición que presagió lo peor. A esa altura todos empezaron a pensar que el partido iba a tener un dominador.

No tuvo reacción el Pincha en esos 45 minutos. Nunca pudo agarrar la pelota Lucas Rodríguez y mucho menos los delanteros. La salida fue a través de largos lanzamientos de los centrales para que Facundo Sánchez o Sebastián Dubarbier pudieran frenar la pelota y hacer algo. ¿Pero qué? No estuvo en partido el equipo en ese primer tiempo, que por momentos pudo alejar a su rival del arco de Mariano Andujar pero jamás logró controlar las acciones.

Salvo con un remate cruzado de Otero y un tiro libre del colombiano, nunca en ese período pudo acercarse a Vanderlei. La pasó muy mal Iván Gómez en una posición que poco lo favoreció y dejó en evidencia otro mal armado.

Tuvo la suerte de que Gabriel Barboza estuvo errático y que Copete y Rodrigo muchas veces abusaron de la individual. Pero cada vez que Estudiantes perdía una pelota en la mitad de cancha o en terreno rival desde el banco visitante rezaban porque la contra era letal.

Así nomás que a los 42 minutos, con todo el equipo volcado en ataque, Dubarbier perdió un balón por querer desprenderse rápido. La agarró Gabriel, que recién ahí hizo honor a su apodo Gabigol. Corrió 25 metros y ante la salida de Andujar definió suave al palo derecho. Gol para darle un merecido golpe a un equipo mal parado y sin reacción.

Si el primer tiempo fue malo, el segundo fue peor. A los 4 minutos, cuando recién empezaba el complemento un cabezazo del central Lucas Veríssimo empezó a acabar con las pocas chances del equipo platense, que falló en la marca y entonces lo que era empinado se convirtió en una pared imposible de subir.

Entre los 5 y 15 minutos el Santos se floreó ante un rival en el piso, entregado y con un poco de vergüenza por el puñado de hinchas que hizo el esfuerzo para viajar a Brasil para buscar un buen resultado.

Lucas Bernardi hizo cambios rápidamente. Adentro Gastón Giménez y Carlo Lattanzio por Gómez y Dubarbier, dos de los peores jugadores en cancha. Luego lo hizo Andrés Escobar por Tití Rodríguez, otro que deambuló por la mitad de la cancha con las dudas generadas por un planteo inentendible.

Tuvo alguna aproximación que rápidamente acabó en las manos de Vanderlei. Estudiantes fue un equipo sin rumbo que naufragó en Santos. Hasta allí prolongó un andar que nadie puede disimular y que no hace otra cosa que dejar a la luz el mal armado de un plantel que, aunque no se diga, ya no sabe bien hacia dónde va.

Pudo ser más dolorosa la derrota, porque el local llegó una, dos y hasta tres veces. Algunas salvó Mariano Andujar y en otras definieron mal los delanteros. En definitiva, nunca estuvo la sensación de dar vuelta un partido que desde su inicio fue un martirio para Estudiantes.

Derrota, una más y ahora en la Copa Libertadores, el único objetivo que le queda en este semestre. Barajar y dar de nuevo, otra vez, para recuperar el terreno perdido, porque a pesar de todas las ventajas que dio todavía sigue dependiendo de sí mismo: si gana sus dos partidos por delante se clasificará a octavos. Claro, hoy en día pensar en eso parece utópico, pero en el fútbol nada está dicho hasta que se concreta. Por lo pronto, así no va más.

 

 

 

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