Celeste aunque le cueste. Sporting Cristal comenzó con las celebraciones horas antes del partido de vuelta. Luciendo los apellidos maternos en las camisetas, los rimenses se quedaron con el título en los 90, como el técnico lo había anunciado.
A lo largo del encuentro se vio a un cuadro cervecero ansioso, buscando el gol, respirándole en la nuca al rival, dominando a Sport Huancayo que pareció no aclimatarse a Lima, a una final, y lo pasó por encima. Un Sporting Cristal que metió terror y es justo campeón del Torneo de Verano.
Por: Adriana Barrantes
@Adbarrantesg
1. Esencia de campeón
Sin modificar el equipo base, sin perder la esencia. Sporting Cristal arrancó la vuelta de los play off mareando al Rojo Matador, bombardeando el arco de Pinto y adueñándose de las bandas. Costa, Gómez, Madrid y Céspedes volvieron a hacer de las suyas pisando el área rival y complicando a la defensa.
La línea creativa funcionó bien y estuvo a la altura del partido. A pesar que Herrera no brilló, jaló marcas y contribuyó en hilar las acciones de peligro. Mario Salas no improvisó y vio el fruto de su cosecha que sembró en enero.
2. Manual de guerra
Las primeras declaraciones de Mario Salas tomaron forma con el correr de las fechas. El Comandante aseguró que llegó a Sporting Cristal para revolucionar el campeonato local y lo cumplió.
Pese a vivir su primera final en Lima desde el palco, el técnico dejó las instrucciones claras para ganar la batalla en el tiempo reglamentario. La artillería pesada estaba lista. La defensa no podía dar una pelota por perdida ni vender al Pato. El ataque debía ser eficaz y estaba de más pensar en algún herido. El manual de guerra se cumplió al pie de la letra.
3. Neutralizó al rival
Si en Huancayo se vio un duelo parejo, en el Nacional, Sporting Cristal fue el dueño absoluto de la pelota y la cancha. Mario Salas repitió la fórmula de defensa que empleó durante el Torneo de Verano y le cortó los circuitos al cuadro huancaíno que no llegó a sentirse cómodo en el terreno de juego.
La marca a Neumann funcionó y el paraguayo no recibió con claridad, impidiéndole poner en peligro al Pato. En la ida los pelotazos de larga distancia remecieron el arco cervecero, en la vuelta la pelota ni rozó los palos.
4. Objetivo claro
Desde la exigente pretemporada de Sporting Cristal, para Salas el título se convirtió en una ambición y semana a semana trabajó para lograrlo. Juntando a su mejor pelotón, el Comandante bosquejó un plan de trabajo que debía cumplirse al pie de la letra y durante 16 partidos (incluido los play off) solo fallaron una vez, ante Ayacucho.
El último paso que debían dar era ante Sport Huancayo y nada podía fallar. El título estaba a 90 minutos y la estrategia había sido practicada desde inicios de año y cinco meses después se reflejó en el estilo de juego.
5. Merecido título
A lo largo de las 14 fechas del Torneo de Verano (sin contar las finales), Sporting Cristal demostró ser un equipo en todo el sentido de la palabra. El Comandante recuperó a jugadores claves en este título (Costa, Ballón, Cazulo, Revoredo, Calcaterra y Lobatón). Precisamente, el colorado marcó el gol que canjearon por la copa.
Ante Sport Huancayo, los celestes volvieron a demostrar que son una máquina en el torneo local y no dieron espacios al rival. Desde el pitazo inicial buscaron el arco de Joel Pinto.