Fue la frase más repetida en el 2003. Cienciano era un equipo de jugadores experimentados que había eliminado a Alianza Lima en la primera fase de la Copa Sudamericana. Germán Carty, Alessandro Morán, Óscar Ibáñez, Paolo Maldonado, Juan Carlos Bazalar, entre otros, lideraban a un equipo que tenía una fe más grande que las montañas. Freddy Ternero era el entrenador.
Cienciano, contra viento y marea, se deshizo en la Copa Sudamericana de la Universidad Católica de Chile, Santos de Brasil, Atlético Nacional de Colombia y River Plate de Argentina, en ese entonces dirigido por Manuel Pellegrini, y que hoy dirige al poderoso Manchester City.
El ¡Sí se puede! fue tradicional durante el correr de los partidos. Se escuchaba en Cusco, en Lima, en el extranjero. De hecho, una vez con el título en manos, Freddy Ternero publicó un libro autobriográfico titulado: “¡Sí se puede!, el gol de la autoestima”.
El ¡Sí se puede! se volvió viral, diríamos en esta época. En la final contra River Plate, en Arequipa, retumbó el estadio de la UNSA cuando el partido estaba empatado 0-0. Al final, todos sabemos que sí se pudo. Se ganó 1-0 con gol del paraguayo Lugo. Entonces supimos que Ternero nos enseñó que los sueños no tienen obstáculos.
“No me imaginé jamás que la gente nos quisiera tanto. Solo basta con ver los rostros de cada uno de los cusqueños para darme cuenta que conseguimos algo grande, no solo para el Cusco, sino para el Perú”, dijo en ese entonces un alegre Freddy Ternero.
Hoy el técnico más exitoso a nivel de clubes en la historia del Perú nos ha dejado. Falleció a los 53 años, pero aquí siempre lo recordaremos. Un eterno gracias para Freddy.